Nota de prensa

Cosas pequeñas y sencillas: La labor humanitaria en Rumanía

 

“Una de las claves para acabar con la pobreza infantil es hacer frente a la pobreza en el hogar, que suele ser donde se origina. El acceso a unos servicios sociales de calidad debe ser una prioridad”. António Guterres, secretario general de la ONU.

“Cuando comenzó la pandemia en Bucarest, Rumanía, una organización benéfica registrada oficialmente, Helping Hands-Asociatia Maini Intinse, vio interrumpida de repente su misión habitual. Sin mascarillas de protección, los miembros de la organización no podían obtener los suministros necesarios. Conseguimos proporcionarles mascarillas y, además, se descubrió a treinta familias que necesitaban comida y suministros básicos de inmediato".

“Durante los últimos años, hemos colaborado con Manos que Ayudan para apoyar su labor humanitaria con equipos para parques infantiles, realización de mejoras y, ahora, con mascarillas de emergencia para prevenir el COVID y con alimentos. Esta organización
centra sus recursos en la ayuda educativa a 120 niños desfavorecidos socialmente y con discapacidades. Asimismo, la organización facilita asesoramiento a los padres de esos niños".

“Adrian Popa, director de Manos que Ayudan, ha sido un humilde defensor de la labor humanitaria. Ha recibido apoyo de ministerios gubernamentales locales y tiene la visión de ampliar sus instalaciones para prestar servicio a más niños y familias con necesidades”, explica el élder Mark Falslev, de Latter-day Saints Charities.

“Deben saber que empezamos el mes con oraciones, pidiéndole a Dios que este mes nos ayudara con treinta familias en la crisis del COVID. Un día después, el élder Mark Falslev me llamó para ofrecerme comida para las familias. Alabo a Dios por haber contestado nuestras oraciones. Somos bendecidos por poder ayudar a otras personas".

“Todos somos hijos de Dios. Sea cual sea la raza, religión, clase social o situación económica de una persona, Dios conoce nuestros esfuerzos y nos ama a todos. Con la gran confusión y preocupación que hay en el mundo, la labor humanitaria que se realiza con personas puede marcar la diferencia en la comunidad”, afirma Adrian Popa, director de Manos que Ayudan.

“Apreciamos la oportunidad de trabajar con personas excelentes en Rumanía y ver la mano del Señor que nos apoya en nuestras dificultades. Las cosas pequeñas y sencillas pueden marcar la diferencia en las dificultades de la vida”, continúa el élder Falslev.

Latter-day Saint Charities, la organización humanitaria de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ha colaborado con Adrian Popa en varios proyectos a lo largo de los años, incluyendo importantes iniciativas en Rumanía relacionadas con el agua, en Posta, el pantano de Tulcea y Valea Teilor.

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