Nota de prensa

El élder Uchtdorf dice a los refugiados ucranianos en Polonia que Dios está con ellos

Declara que son ejemplos de bondad, determinación y luz para el mundo

El élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, llevó un mensaje de esperanza centrado en Cristo a los refugiados ucranianos que se encuentran en Polonia, el domingo 10 de abril de 2022.

El Apóstol, que fue refugiado dos veces durante la Segunda Guerra Mundial, compartió la luz y la esperanza de Cristo con los miembros de la Iglesia a lo largo del día. En un devocional especialmente dedicado a los refugiados que se llevó a cabo en Varsovia, leyó un pasaje de las Escrituras del Nuevo Testamento que habla directamente de la difícil situación de los refugiados. Por ejemplo, en Romanos 8, el apóstol Pablo pregunta: “¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?”. Y responde que nada nos podrá “apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro”.

Este pasaje de las Escrituras, como dijo el élder Uchtdorf a los refugiados ucranianos, es “tan verdadero y actual como lo fue hace 2000 años, y lo ha sido muchas veces entre ese tiempo y el momento actual […]. Centrarse en Jesucristo es un enfoque que traerá paz a su corazón para superar esto de una sola pieza, de manera que puedan sonreír a sus hijos; y cuando su esposo, su padre, su amigo no esté con ustedes, pueden pensar en ellos y tenerlos en sus oraciones. Y cuando vuelvan a reunirse, dirán: ‘Sabía que sucedería porque creo que volverán a suceder cosas buenas para todos nosotros’. Y sucederán cosas buenas para ustedes”.

El apóstol oriundo de Alemania también señaló el relato de cuando Jesús calmó la tormenta y el mar a petición de Sus preocupados discípulos (véase Marcos 4).

“De repente se levantó una tormenta, como la que les ha llegado a ustedes ahora”, dijo el élder Uchtdorf. “¿[Qué] les dijo [Jesús] a Sus apóstoles [después de calmar la tormenta]? ‘¿Cómo no tenéis fe?’. Es difícil en una época en la que el barco se hunde, pero eso es lo que Él dijo. Y calmó el mar. Así aprendieron la lección de que deben creer y tener fe”.

Luego, el élder Uchtdorf comparó la situación de los refugiados con la de los discípulos en el mar de Tiberias después de la muerte y resurrección de Jesús (véase Juan 21). Los apóstoles se sentían frustrados. Su Mesías había muerto; no sabían qué hacer.

“Todo había terminado. Se habían cumplido las peores expectativas. No puedo imaginar lo que sintieron, lo mismo que no puedo imaginar cómo se sienten ustedes [como refugiados hoy]”, dijo el élder Uchtdorf. “Allí estaban, totalmente angustiados, en el lago, tratando de pescar (lo cual sabían hacer, eran profesionales), pero no podían atrapar nada. Así es como a veces deben sentirse ustedes ahora. No pueden hacer lo que normalmente hacen”.

Y así como Jesús les dijo a esos apóstoles que echaran la red al otro lado del barco para encontrar peces, estos refugiados tal vez deban buscar luz de maneras poco convencionales.

“Estén abiertos a adaptarse”, dijo el élder Uchtdorf. “Sepan que el Salvador los ama actualmente. Él sabe de sus sacrificios. Está dispuesto a rodearlos con Sus brazos, con Su amor”.

El Apóstol dijo a los refugiados que son “un ejemplo de bondad, de determinación de seguir el sendero de la libertad y de defender lo que es correcto, una luz a muchas naciones”. Muchas personas, dijo, se fijarán en ellos y dirán: “Si ellos pueden hacerlo, nosotros podemos hacerlo”. Los animó a no subestimar el poder de su ejemplo. “Sepan que Dios está con ustedes”, dijo. “Él los bendecirá. Al final, Él arreglará las cosas, como siempre hace. Tal vez no en nuestro propio horario, pero ciertamente sí en el Suyo”.

El élder Uchtdorf instó a los refugiados a conquistar la ira con el amor, a enfrentar el odio con la bondad y a vencer las mentiras con la verdad.

“Avancen por la vida y confíen en Dios y tengan fe en Él”, dijo. “Los bendigo para que vean que la mano del Señor los guiará a lo largo de esta vida”.

Harriet, la esposa del élder Uchtdorf, también se dirigió a los refugiados. Ella dijo: “Sé que el Padre Celestial está al tanto de ustedes. Sé que Jesucristo los ama, a todos y cada uno de ustedes. Él realmente los ama […], no están solos”.

Una refugiada, Maryna Bovt, dijo que la visita del élder Uchtdorf representaba “un gran apoyo para todo el pueblo ucraniano”. La presencia del Apóstol la ayudó a ver que la Iglesia no solo reconoce las necesidades de su pueblo, sino también sus sentimientos.

Maryna también dijo que los comentarios del élder Uchtdorf son una clave que la ayudará a sobrellevar los difíciles días venideros.

“Es muy difícil amar a todos, entender a todos, cuando nuestro pueblo sufre”, dijo. “Entiendo que la única manera es ser parte de Cristo”.

Los santos de Polonia están ayudando a los refugiados de Ucrania con alimentos, agua, medicinas, refugio y otras necesidades.

Marcin Kulinicz, un hombre de Varsovia, comenzó una página de Facebook que ahora cuenta con 9000 personas que apoyan a los refugiados. Hasta la fecha, su grupo ha reunido suficientes suministros para realizar seis envíos a Lviv y a Kiev. Dijo que la mano de Dios se puede ver en esta época oscura debido a la luz de una mayor confianza entre las personas.

“Las personas necesitan confiar unas en otras en tiempos de guerra […]. Tenía que confiar en otras personas”, dijo. “Y muchas personas me confiaron su vida a veces, o cuando yo traía refugiados aquí a Polonia, a sus seres queridos. Llevaba esposas e hijos de otras personas”.

Marcin dijo que es importante recordar que ayudar a los refugiados es una carrera de maratón, no de velocidad.

“Velar por los refugiados en tiempo de guerra y la reconstrucción en tiempo de guerra es un esfuerzo a largo plazo”, dijo. “Muchas personas tienden a centrarse en el trabajo voluntario y en las contribuciones, y eso es fantástico, pero esto es algo que durará años, y debemos estar preparados para un largo plazo”.

Otra voluntaria, Agnieszka Mazurowska, de Varsovia, dijo que está encantada de ayudar y escuchar.

“Entiendo que ayudar es amar a las personas. Amo a todas las personas de todo el mundo”, afirmó. “Así que, cuando veo a una madre soltera con sus hijos, o veo a una mujer embarazada frente a mí, siento mucho amor por ella y por ellos, y tengo que darles mi apoyo. Es mi deber. Creo en Cristo, así que trato de vivir como Él, así es como actúo”.

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