Nota de prensa

Latter-day Saint Charities suministra agua potable a la Nación Navajo

DigDeep suministra agua potable a viviendas remotas

En el sudoeste de los Estados Unidos se está llevando a cabo una labor de suministro de agua potable y corriente a la Nación Navajo. Latter-day Saint Charities, la organización humanitaria de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, está apoyando a la organización sin ánimo de lucro DigDeep con el fin de llevar agua a viviendas que no cuentan con instalaciones de saneamiento básicas en zonas remotas de la reserva en Nuevo México, Utah y Arizona.

“Reconocemos que hay determinadas condiciones o necesidades básicas de los seres humanos que se deben satisfacer para que una persona pueda crecer y cumplir su propósito divino. El agua es una de esas necesidades básicas”, dijo Julie Ramos, gerente de la Clean Water Initiative (Iniciativa de agua potable) en representación de Latter-day Saint Charities.

El impacto de la pandemia

La pandemia del COVID-19 ha interrumpido temporalmente las instalaciones en las viviendas, pero mientras tanto se han llevado depósitos de almacenamiento exteriores a algunas casas, con el fin de brindar ayuda inmediata a la Nación Navajo.

“Llevamos casi un año sin hacer instalaciones de agua porque no estamos yendo a las viviendas”, explicó Emma Robbins, directora ejecutiva del Navajo Water Project (Proyecto navajo de agua) de DigDeep.

Tras suministrar miles de litros de agua embotelladas a las comunidades de la Nación Navajo durante la pandemia, Robbins indica que se están instalando, de forma provisional, depósitos de almacenamiento de unos 1040 litros (275 galones) en el exterior de las viviendas, que se van rellenando mediante camiones de agua, según las necesidades de las familias. Los depósitos permanentes tienen una capacidad de 4500 litros (1200 galones) de agua.

“Estamos empezando a instalar lo que denominamos ‘sistemas de maleta’, que se llaman así porque todos los elementos que se instalan normalmente en un sistema de agua doméstico se instalan en estas cajas compactas que se colocan en el exterior de la vivienda”, explicó. “Estos sistemas llevarán agua potable a los grifos de la gente, pero se instalarán en el interior cuando sea seguro entrar en las viviendas”.

Robbins no cree que se pueda volver a las viviendas de la reserva de forma segura antes de septiembre.

DigDeep ha estado trabajando con los líderes y las agencias tribales para determinar quiénes son los residentes de alto riesgo que cumplen los requisitos para recibir los sistemas provisionales de agua en el exterior, incluidos los ancianos navajos.

“Es muy importante que cuidemos de nuestros ancianos en estos momentos”, afirmó Robbins, que es de origen navajo. “Como son guardianes de nuestra cultura, nuestra lengua y nuestras tradiciones, cuando perdemos a nuestros ancianos también perdemos bibliotecas de cultura y de conocimiento”.

Robbins afirmó que la pandemia ha acelerado nuevas relaciones en la Nación Navajo. “Ha sido maravilloso, porque hemos entablado relaciones con nuevas comunidades”.

Una gran parte del trabajo en la reserva la lleva a cabo el equipo de DigDeep, compuesto por unos veinte empleados que, en su mayoría, son de origen navajo.

“Nuestros empleados lo hacen todo. Están muy cualificados y es algo asombroso, porque otra parte de nuestro proyecto se ocupa de garantizar que estemos dando habilidades laborales a la gente”, dijo Robbins. Según resulte necesario, se puede recurrir a voluntarios cualificados, como fontaneros.

La escasez de agua

Se estima que más de 2,2 millones de estadounidenses viven sin agua corriente y sin fontanería interior básica, y muchos más viven sin sistemas de saneamiento.

“Es emocionalmente impactante darse cuenta de que aquí, en los Estados Unidos, hay gente sin acceso a agua potable y corriente”. — Lynn Whipple, gerente regional del Departamento de Servicios de Bienestar y Autosuficiencia.

“Es emocionalmente impactante darse cuenta de que aquí, en los Estados Unidos, hay gente sin acceso a agua potable y corriente”, dijo Lynn Whipple, gerente regional del Departamento de Servicios de Bienestar y Autosuficiencia de la Iglesia.

La Nación Navajo es una de las zonas con escasez de agua más afectadas del país, donde el 30 % de las casas no tienen agua corriente y muchas no tienen electricidad. Algunas familias llegan a recorrer hasta 64 kilómetros (40 millas) cada pocos días para poder llevar agua a su casa para beber, cocinar y bañarse. Otras familias se ven obligadas a usar fuentes de agua contaminadas, como charcas cercanas.

“Resulta muy gratificante unir los recursos humanitarios de la Iglesia con un grupo de personas cualificadas, capaces y compasivas, como DigDeep, que contribuyen incansablemente a buscar una solución definitiva”, dijo Whipple.

“Al ayudar a nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo —y también en nuestras comunidades— a conseguir acceso a agua potable, los ayudamos a desarrollar su potencial y aliviar las cargas que deben soportar cuando no tienen agua potable en su casa”, dijo Ramos.

El coste de llevar agua fría y caliente a una vivienda en la Nación Navajo es de unos 4500 USD por hogar, que incluye los gastos de excavación, equipos eléctricos, materiales y mano de obra correspondientes a los sistemas domésticos de agua.

Cada sistema se instala en el interior de una vivienda con la ayuda del propietario, a quien, una vez finalizada la instalación, se le enseña a mantener, reparar y mejorar su sistema.

DigDeep, cuya sede se encuentra en Los Ángeles, inició su proyecto de agua en la Nación Navajo en 2014. Hasta la fecha, el Navajo Water Project ha conseguido suministrar agua corriente, fría y caliente, y energía solar a 280 hogares, beneficiando así a más de 700 personas de una decena de capítulos rurales de Nuevo México, Utah y Arizona. Esa energía es necesaria para que funcionen los sistemas de agua.

Apoyo de la Iglesia

La Iglesia comenzó a apoyar económicamente a DigDeep en 2019 para suministrar sistemas domésticos de agua a 20 viviendas que benefician a 150 personas de la Nación Navajo. En 2020, se amplió esta cooperación y se suministraron fondos por medio de Latter-day Saint Charities para las actividades siguientes que se están llevando a cabo en la actualidad:

    • Instalación de más sistemas domésticos de agua para 20 familias.
    • Adquisición y distribución de varios centenares de depósitos de agua de 1040 litros para suministrar ayuda provisional durante la pandemia.
    • Servicios de distribución de agua del Capítulo de Whitehorse Lake mediante la adquisición de un camión cisterna de agua.
    • Investigación y educación para cuantificar la rentabilidad económica de las inversiones en agua y las intervenciones en saneamiento, y para construir una cohorte de aprendizaje con el fin de seguir desarrollando el sector de agua, saneamiento e higiene en los Estados Unidos.

En 2020, la iniciativa de agua potable de la Iglesia brindó apoyo a proyectos de agua en 23 países, ayudando así a casi 600 000 personas.

Ramos espera que, por medio de la colaboración de la Iglesia con DigDeep, Latter-day Saint Charities consiga ayudar a suministrar agua corriente, no solo en los hogares de las familias de la Nación Navajo, sino también a todas las personas del país que no tienen acceso a agua corriente e instalaciones básicas de fontanería, y así conseguir la igualdad para todos en lo que respecta al agua.

“Ha sido asombroso, porque [Latter-day Saint Charities] verdaderamente ha asumido el reto y nos ha ayudado tanto económicamente como a hacer correr la voz”, dijo Robbins. “Constantemente nos preguntan qué necesitamos y cómo pueden ayudarnos.

“Hacer correr la voz es muy importante porque hay muchas formas en que la gente puede ayudar, empezando simplemente con una pequeña chispa de información”, añadió.

Los primeros proyectos de agua de DigDeep se realizaron en Camerún y Sudán del Sur, pero llevaron su labor a los Estados Unidos cuando descubrieron que el país de origen de la organización también tenía necesidades.

“Empezamos con la Nación Navajo, que era nuestro único proyecto”, dijo Robbins. DigDeep también está poniendo en marcha proyectos en los Apalaches, en el este del país (Virginia Occidental y Kentucky), y en las colonias del valle del Río Grande, en la frontera de Texas y México. Y se están llevando a cabo estudios en otros lugares.

“Diría que, en general, en lo que respecta al suministro de agua a la Nación Navajo —DigDeep u otras entidades que trabajan conjuntamente—, esto se consiga probablemente dentro de varias décadas, pero no es imposible”, dijo.

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