En un discurso en la Universidad de Roma La Sapienza el martes, el presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días dijo que la libertad religiosa es un valioso bien mundial que vale la pena proteger.
Al explicar que la Iglesia de Jesucristo es una religión restaurada (ni protestante ni católica), el Primer Consejero de la Primera Presidencia dijo que “la restauración de la plenitud de la doctrina cristiana nos enseña que Dios creó a Sus hijos y los puso en la tierra para crecer espiritualmente al tomar decisiones correctas entre el bien y el mal, de acuerdo con Sus mandamientos. Por lo tanto, la libertad de elección es fundamental en el plan de Dios”.
Citando la obra del profesor de la Universidad Brigham Young, Cole Durham y de otros dos apóstoles, el presidente Oaks explicó varios de los beneficios principales de la libertad religiosa.
El presidente Oaks dijo que la protección de la libertad religiosa “no solo se correlaciona con la protección de otros derechos fundamentales, sino también con más beneficios para la sociedad, tales como la libertad económica, un producto interior bruto más alto per cápita, mayores ingresos para las mujeres, igualdad de género, mayores índices de alfabetización, mejor salud y educación, y la consolidación de la democracia”.
Otros beneficios que aporta la libertad religiosa, dijo el presidente Oaks, son el pluralismo, la paz y una separación adecuada de Iglesia y estado. Citando un discurso de octubre de 2021 del élder D. Todd Christofferson, el presidente Oaks dijo: “La historia de la libertad religiosa demuestra que el respeto engendra respeto. Los gobiernos que protegen la libertad religiosa tienen menos conflictos sociales y mayores niveles de cohesión social”.
El presidente Oaks habló extensamente sobre un beneficio más, la obra caritativa que realizan las personas religiosas. Citando al élder Quentin L. Cook en su discurso en la Universidad de Notre Dame de junio de 2021, dijo que “la responsabilidad religiosa beneficia a la sociedad laica” porque hay “muchas buenas obras que la religión inspira a las personas de fe a llevar a cabo por los demás”. El presidente Oaks ofreció varios ejemplos dentro del ámbito de los Santos de los Últimos Días en 2021:
- Los miembros de la Iglesia de Jesucristo de todo el mundo han prestado alrededor de seis millones de horas de servicio en proyectos de ayuda humanitaria y de bienestar, patrocinados por la Iglesia (sin contar lo que han hecho los miembros por su cuenta).
- El sitio web SirveAhora permite que más de 655 000 voluntarios se conecten y satisfagan las necesidades de sus comunidades.
- La Iglesia está participando junto con la Iglesia Católica y otras personas de Italia en la ayuda a refugiados con alimentos, alojamiento, atención médica y formación profesional.
- Los Santos de los Últimos Días están colaborando con organizaciones musulmanas, judías y cristianas en los países mediterráneos para aliviar el efecto de los conflictos bélicos, el hambre, las enfermedades y los desplazamientos forzosos.
- La Iglesia está cooperando con el gobierno de la India para proporcionar más acceso a servicios oftalmológicos, cuidado recién nacidos y formación profesional. Asimismo, la Iglesia donó 4 millones de dólares para la adquisición de concentradores y ventiladores de oxígeno y otros equipos médicos.
- La Iglesia participa en más de 575 proyectos relacionados con el COVID-19 en 74 países.
Al igual que su mensaje en la Universidad de Virginia en noviembre, el presidente Oaks dijo que el valor cristiano fundamental de vivir en paz con los demás, lo que la Iglesia denomina “ser justos con todos”, es esencial para que la libertad religiosa florezca.
“La realidad de vivir como conciudadanos en una sociedad plural es que debemos aceptar algunas leyes que nos desagradan y aprender a vivir en paz con algunas personas cuyos valores difieren de los nuestros”, dijo. “No debemos esperar ni procurar el dominio total de nuestras propias posiciones, pero en el ejercicio del respeto mutuo debemos procurar ser justos con todos. Esto requiere por supuesto que procuremos comprender las experiencias y las preocupaciones de los demás”.
El presidente Oaks dijo que, aunque en la actualidad un proyecto de ley de ser justo con todos está languideciendo en el Congreso de los Estados Unidos, “la importancia de los valores que conlleva hace que los esfuerzos por la reconciliación valgan la pena”. El establecimiento de “relaciones viables entre los gobiernos y aquellos que buscan la libertad de religión o culto” es un “tema sobre el que tenemos mucho que aprender unos de otros”, manifestó.
El presidente Oaks citó datos que indican que pocas personas estiman hoy en día la religión organizada y la libertad religiosa. ¿Por qué es así? Dijo que quizás sea porque hemos
perdido el hilo conductor de la enseñanza básica de Cristo, el de amar a Dios y al prójimo.
“Con el amor y el respeto mutuo que conllevan los mandamientos divinos, debemos encontrar la forma de aprender unos de otros y de reforzar las perspectivas comunes que nos mantienen unidos en una sociedad estable y plural”, dijo. “Esa es la manera de evitar que las profundas diferencias en los valores importantes fracturen nuestra unidad civil”.
El presidente Oaks dijo que el camino a seguir es la solidaridad interreligiosa. Citando al élder Cook, dijo que los católicos, evangélicos, judíos, musulmanes, Santos de los Últimos Días y otras religiones “deben formar parte de una coalición de religiones que socorran a los demás, que actúen como un santuario y que promulguen la libertad religiosa en todo el mundo”.
“Como alguien que ha sido llamado a testificar de Jesucristo y promover la paz y el amor que Él enseñó”, concluyó el presidente Oaks, “testifico del poder de estas ideas e invoco las bendiciones de Dios a todos los que procuran fomentarlas”.