Nota de prensa

Las sillas de ruedas donadas por la Iglesia facilitan la independencia en Europa  

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se está esforzando por suministrar sillas de ruedas y otros dispositivos de movilidad a las personas necesitadas de los países europeos. En colaboración con organizaciones humanitarias, la Iglesia suministró más de 1500 sillas de ruedas en Europa en 2024, que se suman a las más de 750 000 sillas de ruedas que se han donado en todo el mundo desde 2001. Estas sillas de ruedas permiten que las personas adquieran independencia y rehagan su vida. 

Wheelchair01
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Fatbardha era treintañera cuando un diagnóstico médico complicó su capacidad para ser independiente. Con la ayuda de la Fundación Albanesa por los Derechos de las Personas con Discapacidades, recibió una silla de ruedas adaptada, donada por la Iglesia. Fatbardha dice: “La silla de ruedas me ha devuelto parte de mi libertad”. © 2025 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.
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“La silla de ruedas me ha permitido moverme con más libertad, encontrarme con amigos y ocuparme de los quehaceres cotidianos”, afirma Fatbardha, que ha recibido una silla de ruedas donada por la Iglesia a la Fundación Albanesa por los Derechos de las Personas con Discapacidades (ADRF, por sus siglas en inglés). A Fatbardha le resultaba difícil encontrar trabajo debido a una discapacidad física, pero después de recibir una silla de ruedas y ayuda por parte de ADRF para buscar trabajo, recuperó la confianza y la sensación de control. “Antes me intimidaban las opiniones y la compasión de los demás”, reflexiona, “pero la silla de ruedas me ha devuelto parte de mi libertad. Ahora soy más fuerte, tanto física como emocionalmente”. 

La exhaustiva labor humanitaria y de socorro de la Iglesia se inspira en Jesucristo, que nos enseñó que debíamos ayudar a los necesitados. En Europa, la Iglesia colabora con otras organizaciones para proporcionar alivio y ayuda a las personas, de modo que desarrollen autosuficiencia e independencia. El proyecto de donación de sillas de ruedas está en armonía con esa misión.  

Ilir Gashi, de la organización humanitaria HandiKOS, se encarga de la coordinación del reparto en Kosovo de las sillas de ruedas donadas: “Los destinatarios de nuestras sillas de ruedas recuperan la independencia, la movilidad y una sensación renovada de esperanza y felicidad, incluso después de haber sufrido un accidente que les ha cambiado la vida”. 

Y Gashi continúa así: “Sin el apoyo de nuestros colaboradores, habría resultado imposible ofrecer la gran variedad de servicios que prestamos. Hoy puedo afirmar que no creo que haya nadie en Kosovo que necesite una silla de ruedas y no tenga acceso a una”.  

Para que una silla de ruedas resulte útil para una persona, debe estar bien ajustada. Gael Yonnet, que es doctor en Medicina, usuario de silla de ruedas y misionero voluntario, supervisa las donaciones de sillas de ruedas para la Iglesia en Europa y declara: “Una silla de ruedas es como un zapato. Al igual que se necesitan unos zapatos de la talla adecuada y destinados a una actividad concreta, también se necesita una silla de ruedas que se ajuste bien a la actividad que se lleve a cabo; de lo contrario, podría provocar más daños y complicaciones”. Yonnet imparte formación a voluntarios de organizaciones humanitarias, de modo que cada candidato que acuda a esas organizaciones reciba una silla de ruedas que se adapte a sus necesidades a la perfección. 

La cooperación con las organizaciones humanitarias resulta beneficiosa para ambas partes. Yonnet lo explica así: “Como Iglesia, simplemente no contamos con los recursos necesarios para tener voluntarios sobre el terreno en todos los países y en todo momento. Pero al colaborar con estas organizaciones, que ya se encuentran establecidas en cada país y cuentan con redes para llegar a las personas, podemos trabajar de una manera mucho más eficaz”.  

Nataša Uskoković, asesora de Relaciones Internacionales en la Cruz Roja de Montenegro, reflexiona: “Antes de trabajar con la Iglesia, la obtención de una silla de ruedas era un proceso muy complicado y largo para la mayoría de las personas que la necesitaban. En la actualidad, la Cruz Roja es una organización reconocida que suministra sillas de ruedas en cuestión de pocos días y de forma gratuita”. 

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Velizar es un jubilado de Montenegro que desarrolló la enfermedad de Parkinson, por lo cual le costaba caminar. Ante la insistencia de un voluntario local de la Cruz Roja de Montenegro, accedió a recibir una silla de ruedas y un andador. En la actualidad, Velizar dice que la silla de ruedas le devolvió la vida. Fotografía por cortesía de la sede local de la Cruz Roja en Nikšić (Montenegro). © 2025 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.
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La Cruz Roja de Montenegro empezó a colaborar con la Iglesia en las donaciones de sillas de ruedas en 2012. Desde entonces, la Iglesia ha trabajado con la Cruz Roja para ayudar con el COVID-19 y en inundaciones, así como en otros proyectos, con el fin de apoyar y reforzar su labor. 

Las donaciones de la Iglesia tienen un impacto personal. Después de que le diagnosticaran una enfermedad neurológica autoinmune cuando estaba estudiando, Besmira visitó el Taller de sillas de ruedas de la Fundación Albanesa por los Derechos de las Personas con Discapacidades (ADRF). Además de recibir una silla de ruedas, también recibió apoyo de ADRF para buscar trabajo y, con el tiempo, consiguió un puesto en las oficinas del primer ministro de Albania. Besmira declara: “Al principio es difícil, pero una vez que te adaptas, empiezas a ver la silla de ruedas como una herramienta que te da independencia”. 

Blerta Drenofci, la directora ejecutiva de ADRF, dice que el apoyo de la Iglesia y de otras organizaciones ayuda a dar “independencia a las personas con discapacidades, lo que mejora su calidad de vida porque les permite participar en actividades comunitarias”. Y añade: “En países como Albania, la cooperación entre organizaciones es importante para subsanar las carencias existentes. Las donaciones de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días han contribuido a cumplir la misión de nuestra organización: mejorar la calidad de vida y proteger los derechos humanos de las personas con discapacidades”. 

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Besmira se desplaza en una silla de ruedas donada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y distribuida por la Fundación Albanesa por los Derechos de las Personas con Discapacidades, y dice: “Al principio es difícil, pero una vez que te adaptas, empiezas a ver la silla de ruedas como una herramienta que te da independencia”. © 2025 by Intellectual Reserve, Inc. Alle Rechte vorbehalten.
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La Iglesia cree que la labor humanitaria es la obra de Jesucristo. Yonnet afirma: “La caridad del Salvador se contagia y se extiende con facilidad. Cuanta más labor humanitaria hacemos en Su nombre, más animamos e inspiramos a otras personas a ser caritativas también. Es una reacción en cadena de amor y generosidad. 

“El presidente Spencer W. Kimball dijo que ‘por lo general, es por medio de otra persona que [Dios] atiende nuestras necesidades’. Como miembros de la Iglesia, tenemos la bendición de ser esa otra persona, de ser herramientas en Sus manos y de participar en Su obra aquí en la tierra”.  

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