“Latter-day Saint Charities (LDSC) ha puesto en marcha la mayor respuesta en sus treinta y cinco años de historia frente al COVID-19 y la crisis alimentaria generada”, declaró la hermana Sharon Eubank, directora de la organización humanitaria de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, durante la sesión plenaria de clausura del Foro Interreligioso del Grupo de los 20 (G20), organizado por el Reino de Arabia Saudí.
Hasta la fecha, este año se han realizado 895 proyectos en 150 países. Russell M. Nelson, el Presidente de la Iglesia, comunicó estas cifras durante la Conferencia General de octubre.
La hermana Eubank, que también es la Primera Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro de la Iglesia, participó en la sesión plenaria, el sábado 17 de octubre de 2020, desde su domicilio en Utah, debido a la pandemia.El lema del evento virtual, que tuvo lugar el último día del Foro, era “el compromiso de las redes religiosas para reducir el riesgo de que se produzcan desastres”.
La hermana Eubank afirmó que las últimas cifras de la Organización de las Naciones Unidas indican que en la actualidad hay 265 millones de personas que afrontan una profunda inseguridad alimentaria debido a una grave plaga de langostas ocurrida a finales del año pasado, la rápida evolución de la recesión mundial por el COVID-19 y las medidas de seguridad pública que se han adoptado para prevenir la propagación del virus.
“Es casi el doble de las cifras del año pasado”, declaró. “Sin ser demasiado alarmista, si no abordamos esta crisis de forma coordinada, se prevé que se convertirá en una de las peores hambrunas de la historia de la humanidad”.
Los organizadores del evento afirmaron que las organizaciones religiosas han ayudado a preservar la dignidad humana, han levantado la moral y han colaborado con las autoridades locales para abordar la pandemia.
“Prácticamente sin excepciones, cada proyecto aprovecha las relaciones de confianza con los gobiernos, las comunidades y otras religiones”, comentó la hermana Eubank durante su participación en una mesa redonda. “Esas relaciones se han ido desarrollando durante mucho tiempo”.
La hermana Eubank dijo que, cuando la cadena de suministro se vio interrumpida durante la pandemia, LDSC, así como ciudadanos locales, estudiantes universitarios y otras personas, compraron leche, patatas y otros productos básicos que los agricultores iban a tirar porque las instituciones educativas y los restaurantes no iban a comprar esos artículos.
“LDSC compró toneladas de patatas y las envió a bancos de alimentos de todo el país. Los excedentes de patatas y leche se deshidrataron para poder transportarlos a otros lugares. La antigua red fue creativa y las nuevas colaboraciones resultaron ágiles, y salió bien”.
La hermana Eubank dijo que los fondos donados por quienes participaron en un ayuno mundial anunciado en abril por el presidente Nelson “posibilitó cientos de miles de comidas para personas que pasan hambre”.
Por último, sugirió que los responsables políticos incluyan a los líderes religiosos en los esfuerzos locales de preparación para emergencias. “La fe es tan esencial como la comida”, concluyó.
Entre otros participantes figuraban la moderadora, la Dra. Thoraya Ahmed Obaid, exmiembro del Consejo de la Shura del Reino de Arabia Saudí y exdirectora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA); la Dra. Amal Al Habdan, vicerrectora de apoyo académico y servicios a los estudiantes de la Princess Nourah Bint Abdulrahman University; el Dr. Bandar M. H. Hajjar, presidente del Grupo del Banco Islámico de Desarrollo; Andrew Morley, presidente y consejero delegado de World Vision International; la baronesa Emma Nicholson of Winterbourne, de la Cámara de los Lores del Reino Unido; y Fadlullah Wilmot, director del programa regional para Oriente Medio y África de Muslim Aid.