Un mensaje de la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Los principios de gobierno que permiten a los hijos de Dios mantener la dignidad humana y la libertad pertenecen a toda la humanidad (véase Doctrina y Convenios 98:5).
Observamos con gran preocupación las divisiones políticas y culturales en los Estados Unidos y en todo el mundo. Condenamos la violencia y el comportamiento ilegal, incluida la reciente violencia desatada en Washington D.C., y cualquier sugerencia de más violencia. Si bien La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es neutral en asuntos de partidismo político, recordamos a nuestros miembros que, independientemente de sus opiniones políticas particulares, deben estar unidos en su compromiso con el Salvador Jesucristo y Sus enseñanzas. Como seguidores suyos, debemos tratarnos unos a otros y a todos los hijos de Dios con respeto, dignidad y amor. Ninguna afiliación política, o de otro tipo, debe reemplazar ese convenio y esa responsabilidad sagrada.
Instamos a todas las personas a recordar la naturaleza valiosa y frágil de la libertad y la paz. Mientras los ciudadanos de los Estados Unidos esperan la toma de posesión de un nuevo presidente, instamos a nuestros miembros a honrar las instituciones y los procesos democráticos, y a obedecer, honrar y sostener la ley (véase Artículos de Fe 1:12).