El martes 3 de octubre de 2023, en Estambul, el élder Peter Huber y la hermana Carla Huber recibieron, en nombre de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, un reconocimiento a su contribución a la labor de ayuda para paliar los efectos del terremoto en Turquía. Homenajeados en una ceremonia de entrega de premios por parte de la organización “Health Volunteers” de Turquía, recogieron un galardón por sus “Extraordinarios esfuerzos por sanar las heridas del terremoto” en el sudeste de Turquía.
En la madrugada del 6 de febrero de 2023, se produjeron dos terremotos de gran intensidad en Turquía y Siria. Los extensos daños abarcaron una superficie equivalente a la de Alemania, un 16 % de la población de Turquía resultó afectada y muchas personas quedaron sin hogar y sin comida, refugio y atención sanitaria.
En aquel momento, el élder y la hermana Huber estaban prestando servicio como misioneros de tiempo completo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la oficina de Área ubicada en Fráncfort, donde estaban encargados de capacitar a personas para prepararse para emergencias y ayudaban a coordinar la labor de ayuda en el Área Europa Central. Durante muchos años, el élder Huber había trabajado en el ámbito de la respuesta ante emergencias en su Suiza natal y, por consiguiente, estaba preparado para ayudar de inmediato en la crisis de Turquía.
En colaboración con el Ministerio de Sanidad y la Autoridad para la Gestión de Emergencias y Desastres (AFAD, por sus siglas en inglés) de Turquía, el élder Huber se sintió conmovido cuando se enteró de que una empresa llamada Turmaks había fabricado y donado dos hospitales de campaña, y se puso en contacto con esa empresa. Un Setenta de Área, Paul Picard, quien asistió a la ceremonia, declaró: “Este es el comienzo de una cooperación maravillosa con profesionales dedicados y generosos que están plenamente comprometidos para ayudar a sus conciudadanos”.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y Turmaks colaboraron en la construcción y la instalación de cinco hospitales de campaña móviles y cincuenta contenedores para cien médicos y enfermeros que no tenían dónde vivir. La financiación de esas unidades móviles fue posible gracias a las generosas y amables donaciones de miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Turquía y en todo el mundo. También se donaron más de 500 000 cajas de comida y de artículos para higiene, así como cinco millones de botellas de agua.
En una ciudad que previamente tenía 60 000 habitantes, el hospital había quedado completamente destruido, pero todavía quedaban algunas casas. Ahora hay 250 000 personas que se han mudado a esta ciudad, pero no había ningún lugar para que recibieran la asistencia sanitaria que necesitan. En la actualidad, el hospital formado por contenedores y tiendas de campaña recibe 1500 pacientes cada día.
El élder y la hermana Huber expresaron su gratitud por todos los colaboradores que hicieron posible esta ayuda. “Estuvimos encantados de estar aquí y de poder ayudar un poco”. Ahora están centrados en el futuro y en encontrar maneras de ayudar a reconstruir infraestructuras importantes. “Cuando uno piensa en el hecho en su conjunto, se siente paralizado”, dijo el élder Huber, “pero he descubierto que, si damos lo mejor de nosotros cada día, podemos dejar que el Señor haga el resto”.