A finales de septiembre de 2023, miembros jóvenes adultos y misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se reunieron en Țuțora, cerca de Iaşi, Rumanía, junto con un equipo de Hábitat para la Humanidad, con el fin de ayudar a construir viviendas para familias necesitadas. A lo largo de dos días, esos voluntarios, así como las familias destinatarias de las viviendas, construyeron techumbres, enyesaron, pintaron, levantaron muros e hicieron muchas otras cosas más.
| Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Hábitat para la Humanidad es una organización sin ánimo de lucro que se dedica a construir y reparar viviendas para personas que viven en la pobreza. Esta organización benéfica ha construido viviendas y trabajado en más de setenta países, para dar a personas de todo el mundo la oportunidad de refugiarse en su propia vivienda.
“Se pueden encontrar muchas estadísticas relativas a la pobreza en Rumanía”, declara Adrian Magda, el coordinador del proyecto. “Podemos encontrar a dos o tres generaciones viviendo bajo el mismo techo o en el mismo apartamento. Casi una tercera parte de los rumanos viven así. Casi la mitad de los hogares, sobre todo los de las zonas rurales, siguen sin tener un aseo en el interior de la vivienda”.
Y añade: “Para muchas personas, el agua sigue proviniendo de los pozos. No es algo moderno, como se supone que debe ser”.
Las viviendas que se están construyendo se han diseñado para proporcionar un espacio adecuado en el que puedan vivir cómodamente las familias que se muden allí, además de contar con cañerías adecuadas, agua potable y electricidad para poder tener iluminación y electrodomésticos, todos ellos lujos que esas familias no tenían antes.
El grupo de voluntarios que participó procedía de toda Rumanía y de otros lugares de Europa, y dejaron de lado su trabajo o sus estudios para unirse a la construcción. Para que esto fuera posible, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no solo proporcionó voluntarios, sino que financió el proyecto para ayudar a suministrar los materiales de construcción. Junto con los voluntarios, también las familias destinatarias de las viviendas ayudaron con la construcción.
Todos ellos se reunieron al final del segundo día, cuando se terminó uno de los dúplex. A las familias destinatarias de las viviendas se les entregaron las llaves, para demostrarles que ahora eran propietarias. Entre ellas se encontraba Daniela, que dijo: “Estamos muy agradecidos por su ayuda, por construir esta casa que ahora llamamos hogar”.
Roberto Pătrășcoiu, director de Hábitat para la Humanidad en Rumanía, declaró: “Solamente quiero expresar mi profunda gratitud a Latter-day Saint Charities”. Y añadió: “Su ayuda no se limita a levantar cuatro paredes y un techo; es un nuevo hogar para dos familias”.