En una conferencia universitaria en Roma sobre la dignidad humana, el élder D. Todd Christofferson centró sus palabras en tres documentos católicos fundamentales, en el contexto de la cristiandad y una sociedad plural.
En las palabras que pronunció el martes 23 de septiembre de 2025, el Apóstol de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días citó extensamente Dignitas Infinita (una declaración sobre la dignidad humana publicada en 2024), Dignitatis Humanae (un tratado de 1965 del papa Pablo VI sobre la libertad religiosa) y Rerum Novarum (un mensaje de 1891 del papa León XIII sobre la dignidad de los trabajadores).
“Como discípulos de Cristo, tenemos la responsabilidad solemne de defender la dignidad humana, el albedrío moral y el pluralismo religioso”, dijo el élder Christofferson a su audiencia durante una mesa redonda en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. “Aprecio enormemente el compromiso de la Iglesia católica con estos conceptos y con los valores que nuestras dos iglesias tienen en común”.
La conferencia estuvo copatrocinada por el Centro Internacional de Estudios de Derecho y Religión de la Universidad Brigham Young.
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Dignitas Infinita
Dignitas Infinita, el lema de la conferencia, afirma que “una dignidad infinita, que se fundamenta inalienablemente en su propio ser, le corresponde a cada persona humana, más allá de toda circunstancia y en cualquier estado o situación en que se encuentre”.
“Esta dignidad infinita da lugar, para cada ser humano, la responsabilidad de tratar a los demás seres humanos con amor y respeto”, dijo el élder Christofferson. “Este no es un deber abstracto, sino que está arraigado en la persona y el ejemplo de Jesucristo”.
El élder Christofferson habló de las enseñanzas de los Santos de los Últimos Días acerca de este tema, y citó al difunto presidente M. Russell Ballard, que dijo que la identidad más importante de cada persona es el hecho de ser hijo o hija de Dios.
“Entender esta verdad —pero entenderla de verdad y adoptarla— te cambia la vida”, dijo el presidente Ballard en 2020. “Te da una identidad extraordinaria que nadie te podrá quitar nunca. Pero más que eso, debería aportarte un enorme sentimiento de valor, de tu valor infinito”.
El élder Christofferson dijo que el llamamiento que Dignitas Infinita hace a amar a Dios y vivir en paz con los demás cala profundamente en él, que también sigue a Jesucristo.
“Me siento muy agradecido por este documento y por la reivindicación que hace de las verdades del Evangelio, y nos aporta un recordatorio de la divinidad de Cristo y nuestras responsabilidades como Sus discípulos”, declaró el élder Christofferson. “Asimismo, estoy agradecido por este concepto particular de la dignidad humana que, entre muchos otros conceptos, se centra, de manera clara y profunda, no solo en la verdad de que hemos sido creados a imagen de Dios, sino en la verdad de que Jesucristo es nuestro ejemplo y nuestro Redentor”.
Dignitatis Humanae
El segundo documento analizado por el élder Christofferson fue Dignitatis Humanae. Se trata de un “logro colosal en la historia de la libertad religiosa”, dijo.
“[Esta] es una exégesis teológica significativa acerca de la dignidad humana como base del derecho a la libertad religiosa, así como de las obligaciones sociales que todos tenemos de proteger y fomentar este derecho sagrado”, declaró el Apóstol. “Es importante que Dignitatis Humanae reconoce que la responsabilidad común de fomentar y preservar la libertad religiosa corresponde a los gobiernos y a las personas”.
Uno de los frutos de la libertad religiosa es que se permite que las personas ejerzan el albedrío moral, afirmó el élder Christofferson. Aunque tanto La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como la Iglesia católica entienden que esto significa que algunas personas elegirán otros caminos, las dos religiones enseñan también la necesidad de ser cívicos y comprensivos con las decisiones de los demás.
“Dignitatis Humanae nos aconseja que busquemos y vivamos la verdad divina, que alentemos a nuestros gobiernos a proteger el derecho inviolable de la libertad religiosa y que nos relacionemos ‘con justicia y civismo’ con nuestros hermanos y hermanas, respetando los derechos de todos y maximizando nuestra obligación para con todos”, dijo el élder Christofferson. “Me uno al papa Pablo VI para declarar que ‘para que se establezcan y consoliden las relaciones pacíficas y la concordia en el género humano, se requiere que en todas las partes del mundo la libertad religiosa sea protegida por una eficaz tutela jurídica y que se respeten los supremos deberes y derechos de los hombres para desarrollar libremente la vida religiosa dentro de la sociedad’”.
Rerum Novarum
El último documento mencionado por el élder Christofferson fue Rerum Novarum, una encíclica pastoral que el papa León XIII publicó en 1891 sobre los derechos y las obligaciones del capital y de los trabajadores como respuesta a los debates que estaban teniendo lugar en aquel momento entre los socialistas y los capitalistas.
El papa, con gran habilidad, se mantuvo al margen del debate partidista, centrándose en los principios del deber, el trabajo, la virtud y la caridad, afirmó el élder Christofferson. Asimismo, comentó que el papa había hecho hincapié en “las cualidades morales inherentes de los seres humanos y la importancia de tratarlos a todos con dignidad”.
El élder Christofferson dijo que en la actualidad es igualmente importante tomar partido en cuestiones, al mismo tiempo que “nos negamos a alinearnos con los extremismos de cualquiera de las partes”. Los líderes religiosos constituyen una voz crítica en el debate público, añadió.
“Los conflictos en las sociedades de todo el mundo exigen la atención de los líderes religiosos”, afirmó el élder Christofferson. “Si nos centramos en la dignidad común de todos los seres humanos en todas las partes de todos los conflictos, eso nos conducirá a sociedades más pacíficas, amorosas y tolerantes”.
Después, el élder Christofferson citó la pregunta que el papa León XIII planteaba en la encíclica: “¿No parece que acabaría por extinguirse bien pronto toda lucha allí donde [la filosofía cristiana] entrara en vigor en la sociedad civil?”.
En sus observaciones finales, el élder Christofferson llamó la atención de los asistentes a la conferencia católica a las recientes declaraciones acerca de la dignidad humana y cómo ser pacificadores que el presidente Nelson hizo a la revista TIME.
“Cada uno de nosotros tiene un valor y una dignidad inherentes. Creo que todos somos hijos de un amoroso Padre Celestial”, escribió el presidente Nelson. “Pero al margen de tu religión o espiritualidad, reconocer la verdad que subyace a esta creencia de que todos merecemos dignidad resulta liberador, y nos aporta equilibrio emocional, mental y espiritual […]. Un siglo de experiencia me ha enseñado esto con certeza: la ira nunca persuade, la hostilidad nunca sana y la contención nunca lleva a soluciones duraderas […]. Si abrazamos estas verdades eternas, honrando nuestro propio valor, tratando a los demás con dignidad y nutriendo a nuestras familias, nuestras vidas y nuestro mundo serán más estables y alegres”.
En nombre del presidente Nelson, el élder Christofferson dio el pésame por el fallecimiento del papa Francisco, y también felicitó a la Iglesia católica por la elección del papa León XIV.
Propósito e impacto de la conferencia
La conferencia fue un evento colaborativo entre tres personas: Arturo Bellocq, profesor de Teología Moral en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz; Andrea Pin, profesor de Derecho Público Comparado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Padua; y Brett Scharffs, director del Centro Internacional de Estudios de Derecho y Religión de BYU.
Pin, que es católico, estuvo encantado cuando Scharffs, que es Santo de los Últimos Días, contactó con él para informarse sobre el documento Dignitas Infinita de 2024.
“[Cuando me preguntó, pensé] que aquello constituía un puente maravilloso”, dijo Pin. “Alguien de fuera de mi iglesia, ajeno a la asociación que publicó el documento, dijo: ‘Me interesa esto; creo que podemos debatirlo como amigos y como académicos’. Pensé que la dignidad humana empezaba de nuevo a jugar su papel”.
Bellocq declaró que este tema ha sido objeto de mucha atención, y comentó que Dignitas Infinita ha “despertado mucho interés en muchos ámbitos” y que es un “primer paso para continuar esta conversación”. La conferencia de esta semana ha sido una forma de comenzar el diálogo.
“Seguimos teniendo muchas diferencias a la hora de resolver problemas sociales concretos, pero como seres humanos tenemos que encontrar un terreno común en el que podamos hablar sobre estos temas comunes”, dijo Bellocq. “La idea [de esta conferencia], en realidad, era encontrar un terreno común y debatir en qué medida el concepto de la dignidad humana resulta útil o puede servir de terreno común para empezar a hablar de estos problemas de manera constructiva y objetiva”.
Scharffs habló de ideas similares, y alabó a los líderes globales de la Iglesia católica en lo que respecta a la dignidad humana.
“Poder trabajar con ellos resulta muy enriquecedor e importante a fin de generar entendimiento y también colaboración”, dijo Scharffs. “Trabajar con distintos colaboradores en la Iglesia católica tiene mucho sentido, porque también tienen un compromiso significativo con los principios de la dignidad humana”.
Scharffs declaró que centrarse en la dignidad humana es fundamental porque ayuda a las distintas culturas a entender la importancia de la libertad religiosa.
“Si te importa la dignidad humana, llegarás a la libertad religiosa”, dijo Scharffs. “Pero en el mundo musulmán, por ejemplo, la libertad religiosa podría resultar un concepto extraño, como un concepto occidental. Sin embargo, la dignidad humana es un concepto muy importante en el Corán. Por lo tanto, si optamos por hablar acerca de la dignidad humana, tendemos un puente que conduce a entablar conversaciones sobre la libertad religiosa”.
En una entrevista que concedió después de la conferencia, el élder Christofferson dijo que el evento tendrá efectos positivos en los próximos meses y años.
“Es como esa piedra que se tira al estanque y forma ondas. Esas ondas continúan en muchos lugares a lo largo de mucho tiempo e influyen en personas que quizá hoy no sepan lo que está ocurriendo”, dijo el Apóstol. “He tratado de recalcar que nuestro valor infinito también está relacionado con la redención del ser humano por medio de Jesucristo y Su Expiación, y lo que eso significa para nuestro destino definitivo. Nuestro valor definitivo está relacionado con nuestro destino definitivo de inmortalidad y vida eterna. Su gracia y Su Expiación son fundamentales para la dignidad, para el valor que tiene toda alma, independientemente de dónde o cuándo viva”.
Cardenal Koovakad
Download PhotoDurante su estancia en Roma el miércoles 24 de septiembre, el élder Christofferson se reunió en privado con Su Eminencia George Koovakad, prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso de la Iglesia católica.