Nota de prensa

Visita a ACNUR y UNICEF

El 21 de octubre de 2016 el obispo Gérald Caussé, Obispo Presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y su esposa Valérie, se reunieron con funcionarios del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados  (ACNUR) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Ginebra, Suiza. Iban acompañados por el élder Robert y la hermana Joy Orton, quienes sirven en Ginebra como representantes de la Iglesia para las Naciones Unidas, y Gilles François, administrador de bienestar de la Iglesia para el Área de Europa.

La Srta. Kelly Clements, Alta Comisionada Adjunta de la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados, agradeció calurosamente al obispo Caussé el generoso apoyo de la Iglesia. Durante la reunión en la sede del ACNUR, la Srta. Clements y el obispo Caussé coincidieron en que es necesario desarrollar programas que fomenten la autosuficiencia y colaborar también en dar respuesta a emergencias que surjan en zonas de crisis. Al preguntársele  cómo podía la Iglesia ayudar, la Srta. Clements pidió a los miembros de la Iglesia que prosiguieran con sus oraciones y su apoyo al compartir el mensaje de que en tiempos de desplazamientos forzados, no sólo los gobiernos de las naciones sino también las autoridades locales, grupos de la sociedad civil, las diferentes confesiones y el sector privado, deberían unir fuerzas para ayudar a los refugiados.

El ACNUR se creó en 1950, tras la Segunda Guerra Mundial, para ayudar a millones de europeos que habían huido del conflicto o perdido sus hogares. Tenían tres años para finalizar sus trabajos y disolverse. Hoy en día, más de 65 después, la organización sigue todavía trabajando enérgicamente, protegiendo y ayudando a refugiados por todo el mundo. Se estima que hay unos 65,3 millones de desplazados en el mundo actualmente.

El ACNUR subsiste gracias principalmente a donaciones, sobretodo de gobiernos y de organizaciones intergubernamentales, corporaciones y particulares. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha donado varios millones de dólares al ACNUR desde enero de 2005. La Iglesia también ha realizado aportaciones en especie, como artículos de socorro, viviendas de emergencia y tiendas.

Más adelante durante el día de la visita, tuvo lugar una reunión en la sede mundial de UNICEF. El Obispo y la Hermana Caussé se reunieron con David Evans, Jefe de Filantropía Global y Sarah Crowe, portavoz de la célula de crisis de UNICEF en Ginebra. Leslie Goldman, vicepresidenta del Fondo de los Estados Unidos para UNICEF, asistió también a la reunión. La Srta. Crowe hizo una presentación sobre las labores realizadas por UNICEF en relación con la actual crisis de refugiados en Europa. Sin embargo, la actividad de UNICEF va más allá de esta crisis y se están barajando diversas colaboraciones en otras áreas del mundo. De forma notable en Iberoamérica, los miembros locales de la Iglesia pueden jugar un papel importante en proyectos de colaboración entre la propia Iglesia y UNICEF.

“Me complace el buen concepto que tienen de la Iglesia nuestros importantes colaboradores. Ha habido un buen espíritu en nuestras reuniones y eso es un testimonio para mí de que debemos continuar apoyando a estas organizaciones que socorren al pobre y al necesitado por todo el mundo”, dijo el obispo Caussé.

UNICEF es una organización humanitaria y de desarrollo líder a nivel mundial en la lucha por los derechos de los niños. Los derechos de los niños pasan por tener un refugio seguro, ser alimentados y protegidos de cualquier desastre y conflicto, y comienzan con cuidados pre-natales para tener un parto saludable, agua potable y salubridad, asistencia sanitaria y una educación. Fue fundada en 1947, y ha estado trabajando por mejorar las vidas de los niños desde entonces. UNICEF tiene muchos programas creados con el objetivo de satisfacer las diferentes necesidades de los niños por todo el mundo. 

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