Nota de prensa

Voluntarios preparan canastillas de bebé recién nacido para madres refugiadas en Alemania

El 28 de octubre, muchos voluntarios corrían de mesa a mesa, en las cuales había, apilados, artículos donados para bebé, listos para meterlos en canastillas de bebé recién nacido, en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Frankfurt. Las canastillas de bebé recién nacido se regalarán a madres refugiadas que han llegado recientemente a Alemania y que no tienen acceso a las necesidades más básicas para ellas y sus bebés.

 Al ir recibiendo y preparando los artículos para esta actividad, las personas a cargo se dieron cuenta de que habían recibido más donativos que los que necesitaban para hacer canastillas de bebé. Los donativos incluyeron artículos de bebé nuevos o seminuevos, así como gorros, calcetines y suéters hechos a mano.

“Mis experiencias me han enseñado una y otra vez que por medio de cosas pequeñas y sencillas se consiguen las grandes, aunque al principio parezca imposible”, dijo Lisa Koy, una de las organizadoras de la actividad. “Intentamos avanzar paso a paso, y en el camino recibimos gran ayuda de numerosos miembros de la iglesia y contemplamos como muchos desconocidos ofrecían donativos muy generosos”.

La actividad fue organizada por mujeres de unidades locales de miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Crear canastillas de bebé fue una continuación de una actividad anterior de confección de “canastillas de bienvenida” para niños refugiados. Después de entregar más de 1.000 canastillas de bienvenida para niños en centros de refugiados la primavera pasada, los voluntarios se percataron de que había más de 50 mujeres embarazadas, solas, en un centro de refugiados, que necesitaban ayuda para prepararse para la llegada de sus bebés.

“Simplemente pensad en ser una mujer en un país extranjero, sin conocer el idioma, y esperando un bebé. Si yo fuera ella, estaría muy agradecida si alguien viniera y se preocupara por mí en esa situación. Se ve que están muy agradecidas por recibir estos artículos”, dijo Yvonne Bausman, una de las voluntarias.

Después de llenar y empaquetar 80 cajas con artículos para recién nacido, el resto de los artículos donados se empaquetaron en 50 cajas para enviarlas a refugiados del Este de Ucrania.

“Ayudar a los refugiados es como inhalar el amor puro de Cristo”, dijo Melina Grahovac, una de las mujeres que organizaron la actividad. “La Caridad es Cristo. Este conocimiento me ayudó a acercarme más a Él. Ahora me acerco a Él de manera muy diferente, como nunca antes en mi vida, después de ayudar a estos refugiados”.

Como discípulos de Jesucristo, los miembros de la Iglesia se esfuerzan en seguir la admonición del Salvador de dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, recoger al forastero, cubrir al desnudo y visitar a los enfermos y a los que están en prisión (ver Mateo 25:35-36). Por medio del esfuerzo de individuos y familias y con la ayuda de diversos programas de bienestar y de socorro de la Iglesia, se ha dado ayuda temporal y espiritual a millones de necesitados.

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