Sofie Møholt, de 22 años, ahora cambió el estar dando vueltas por
el cuadrilátero, lanzando puñetazos a diestra y siniestra, por el
dar vueltas por las calles de Trondheim, Noruega, compartiendo el
alegre mensaje del evangelio de Jesucristo. Hace poco el
Addressavisen, un periódico regional noruego describió a la joven
boxeadora, ganadora de una medalla, con los titulares: “Sofie
Møholt, la boxeadora y misionera tiene argumentos que pegan con
fuerza”. Sophie, una de las mejores jóvenes boxeadoras del mundo,
ha puesto en suspenso, de momento, sus guantes y el dar palizas a
sus contrincantes, mientras pasa un año y medio prestando servicio
como misionera de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los
Últimos Días. Se esfuerza a diario por compartir su religión con
las demás personas, pero tiene grandes planes para volver al
cuadrilátero en busca de una medalla en las Olimpiadas 2012 a
celebrarse en Londres. Entonces ¿cómo es que esta campeona en el
ring mantiene la perspectiva en sus creencias? Ella dijo: “No tengo
ningún problema con el ser creyente y a la vez boxeadora” y, “en
verdad el boxeo, no es un deporte violento. Lo primero y lo más
importante es que para ganar se requiere de concentración”.
Viene de una familia de boxeadores. Sophie empezó a lanzar
puñetazos reales a los trece años, entrenándose con su padre y con
su hermano en su casa, en Horsens, Jylland (Dinamarca). Esos
primeros días y años de práctica y perfeccionamiento la han
colocado como una de las mejores boxeadoras. Ha sido campeona
danesa en tres ocasiones y campeona escandinava dos veces, logrando
una medalla de bronce en el Campeonato europeo y con esto el cuarto
lugar en el Campeonato mundial. Por ahora va a sustituir su sesión
de ejercicios para afinar sus destrezas pugilísticas por su
servicio a la Iglesia en la obra misional entre la gente de
Trondheim. Mientras cubre sus propios gastos para viajes y gastos
de mantenimiento, tal como lo hacen muchos jóvenes misioneros,
miembros de la Iglesia, ella y sus compañeras invitarán a otras
personas a venir a Cristo y a hallar el mismo gozo que ella tiene
por Sus enseñanzas. Como se ha citado, Sophie explica que su
mensaje es: “que Dios nos ama y tiene un plan para nosotros como
seres humanos. Ha restaurado Su Iglesia tal y como era en la época
de Jesús. Para lograr esto ha escogido a un nuevo profeta, al
estadounidense José Smith, que vivió a principios del siglo XVIII.
Él tradujo el Libro de Mormón, que utilizamos como Escritura
sagrada además de la Biblia”. Cuando le preguntamos qué atributos
había aprendido del boxeo que le ayudaran a hacer la obra misional,
ella respondió: “A establecer metas claras personales todos los
días. En calidad de boxeadora, se me conoce por mi espíritu de
lucha y haré uso de ese mismo esfuerzo siendo misionera. Mi meta
diaria es la de estar en paz con mis logros al final de cada día”.
En cambio, cuando se le pidió que definiera cómo ha influenciado su
fe en su boxeo, Sophie respondió: “Antes de ir al ring, siempre
hago una oración para tener fuerza, y eso ha dado como resultado
muchas victorias”. Aunque actualmente está centrada en la obra
misional, ella es firme al asegurar que volverá al ring. Su sueño
es ser boxeadora profesional.
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