Cántabro de nacimiento y miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Baldomero Lago, fue condecorado el pasado 25 de octubre por Su Majestad el Rey Don Felipe VI de España con la Encomienda de Orden del Mérito Civil, el cual es uno de los máximos reconocimientos de la Corona española. La celebración tuvo lugar en el estado de Utah, Estados Unidos, donde reside el condecorado.
Baldomero Lago recibió esta distinción como reconocimiento a 17 años de trabajo voluntario como Cónsul Honorario de España en Utah. Entre otras muchas labores, en su calidad de cónsul, el hermano Lago ha allanado el camino hacia España de centenares de misioneros llamados a servir en nuestro país. Ha ayudado a los misioneros a resolver todo tipo de dificultades legales relacionadas con la obtención de sus visados y demás documentación necesaria para poder predicar el Evangelio en nuestro país. El embajador Javier Vallaure, durante su discurso en el evento, dijo de Baldomero que “su generosidad es ilimitada” y que “hoy en día no es fácil encontrar una persona tan generosa como lo es Baldomero.”
Baldomero Lago, quien trabaja como vicerrector de la Utah Valley University (E.E.U.U.), es doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Antes de ir a vivir a Estados Unidos, sirvió una misión en el Reino Unido. También fue uno de los primeros presidentes de la antigua rama de Santander. En Estados Unidos ha trabajado en numerosos llamamientos de la Iglesia, incluyendo el de obispo de su barrio en Taylorsville, Utah.
El ejemplo de servicio continuo y desinteresado del hermano Lago nos puede inspirar a buscar formas de ayudar a nuestro prójimo. Como dijera el presidente Spencer W. Kimball: “Es vital que nos prestemos servicio unos a otros en el reino… Son muchas las veces en que nuestros actos de servicio consisten simplemente en palabras de aliento, en… ayuda en tareas cotidianas, ¡pero qué consecuencias gloriosas pueden tener… las acciones sencillas pero deliberadas!” (Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: Spencer W. Kimball, 2006, pág. 92).