Aunque el desacuerdo que está teniendo lugar en Oregón sobre el uso de terrenos federales no es un asunto de la Iglesia, los líderes de la Iglesia condenan enérgicamente la toma por la fuerza y con armas el edificio federal. También se sienten profundamente consternados porque los que han ocupado el edificio por la fuerza sugieren que lo están haciendo basándose en principios de las escrituras. Esta ocupación por las armas no se puede justificar en modo alguno con las escrituras. Tenemos el privilegio de vivir en una nación donde los conflictos con el gobierno o con grupos privados se pueden – y deben – arreglar por medios pacíficos, de acuerdo con las leyes del país.
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