El élder L. Tom Perry, del Cuórum de los Doce Apóstoles, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días falleció hoy, a las 3 p.m horas, a la edad de 92 años.
El élder Perry fue ordenado apóstol de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en abril de 1974, tras servir como Ayudante de los Doce desde 1972. La imponente presencia física del élder Perry, junto con su entusiasmo y estilo optimista, hicieron de él una persona enérgica y popular entre los miembros de la Iglesia en todo el mundo.
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“Esa calidez, esa gentileza, el hecho de que él realmente estimaba a la gente, que quería a todos los miembros de la Iglesia y los apreciaba —creo que así es cómo se le recordará”, dijo el élder Quentin L. Cook, del Cuórum de los Doce Apóstoles.
El élder Cook dijo que también se recordaría el testimonio que el élder Perry tenía de Jesucristo. “Tom Perry dio un poderoso testimonio de Jesucristo. Él conocía al Salvador; amaba al Salvador”.
“Debemos ser [firmes] en nuestras declaraciones de Jesucristo”, enseñó el élder Perry en la Conferencia General de la Iglesia de octubre de 2011. “Queremos que los demás sepan que afirmamos que Él es la figura central de toda la historia humana. Su vida y Sus enseñanzas constituyen el centro de la Biblia y de otros libros que consideramos escritura sagrada”.
Al igual que los apóstoles de la época del Nuevo Testamento, los apóstoles Santos de los Últimos Días son llamados para ser testigos especiales de Jesucristo. El élder Perry fue uno de los quince hombres que ayudan a supervisar el crecimiento y desarrollo de la Iglesia mundial, la cual cuenta ahora con más de quince millones de miembros.
El élder Perry habló con frecuencia sobre la importancia de la religión en la sociedad, de la familia y de preservar la libertad religiosa, recalcando que las “libertades esenciales de conciencia, arraigadas en la libertad religiosa, deben ser diligentemente preservadas y protegidas”. Trabajó estrechamente con líderes de otras religiones para promover la causa de la libertad religiosa.
“Él tenía ese don de gentes; se sentía igual de cómodo con el hombre común y corriente como con presidentes y gobernadores; los trataba a todos prácticamente de la misma manera y tenía una manera de relacionarse y conectarse con ellos que era profunda”, dijo Lee Perry, hijo del élder Perry.
“Creo que será recordado como un defensor de la familia”, dijo Lee Perry.
Lowell Tom Perry nació el 5 de agosto de 1922 en Logan, Utah, EE. UU.; sus padres eran Leslie Thomas Perry y Nora Sonne Perry. Prestó servicio durante dos años con los Marines en el Pacífico, inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial.
El servicio del élder Perry en la Iglesia comenzó con una misión en los Estados del Norte en 1942. Posteriormente, sirvió como consejero en un obispado en Lewiston, Idaho; como consejero en una presidencia de estaca en Sacramento, California; como miembro del sumo consejo en la Estaca Nueva York; y como presidente de la Estaca Boston.
Recibió su licenciatura en Finanzas en la Universidad Utah State en 1949, y allí mismo cursó estudios de postgrado. Su carrera se desarrolló en empresas de ventas al por menor, en las que sirvió como vicepresidente y tesorero de compañías ubicadas en Idaho, California, Nueva York y Massachusetts.
El élder Cook dijo lo siguiente sobre la experiencia del élder Perry en el mundo empresarial: “Era muy práctico y muy pragmático; eso ha bendecido a toda la Iglesia. Se preocupaba mucho de que la “blanca” de la viuda se gastara de una manera frugal y que nada se malgastara, así como que hubiera un plan y que existiese responsabilidad”.
Lo precedieron en la muerte su primera esposa, Virginia Lee, con quien tuvo dos hijas y un hijo. Virginia Perry murió el 14 de diciembre de 1974. Lo sobrevive su segunda esposa, Barbara Taylor Dayton, con quien se casó en 1976.
La Iglesia anunciará los detalles acerca del funeral a medida que estén disponibles. Aún no se ha determinado cuándo se llenará la vacante en el Cuórum de los Doce Apóstoles de la Iglesia.