En una mañana brillante y clara de septiembre de 2021, Martina* se despertó por fin con la esperanza de que la escuela pudiera ser una forma de progresar, y no un obstáculo más. El año pasado había resultado desalentador. Sus padres trabajaban arduamente todo el día en los vertederos de los alrededores de Belgrado, en busca de material de chatarrería. Martina no hablaba serbio muy bien, su ropa le quedaba mal, estaba desgastada y olía a barrio bajo. Por ello, los demás alumnos y sus propios sentidos le recordaban a menudo que no encajaba. Sus padres no sabían cómo rellenar los formularios o ayudarla con los deberes. Además, en ocasiones, su estómago vacío la distraía y no podía leer.
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Uno de los centros de acogida de CYI2022 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.Sin embargo, pensaba que este año podría ser diferente. Los voluntarios del Centro de Integración Juvenil (“CYI” por sus siglas en inglés) la ayudaron a rellenar los formularios. CYI ha creado dos centros de acogida y reunión en Belgrado (Serbia) para los niños romaníes en edad escolar que participan con el permiso de sus padres. Su centro de reunión tenía ropa nueva para que se la pusiera el primer día, y un lugar para asearse. Después del horario escolar la ayudaron con los deberes; e incluso le permitieron elegir una nueva mochila para que no se le doblaran los apuntes del colegio. Mientras entraba en clase con la cabeza alta, pensaba que quizás hubiera una oportunidad.
Este otoño, 180 niños romaníes se matricularon en el colegio con la esperanza de evitar vivir en la calle, con la ayuda de 30 estudiantes voluntarios de la Universidad de Belgrado, el Centro de Integración Juvenil (“CYI”) y Latter-day Saint Charities (“LDSC”). LDSC es el organismo de ayuda humanitaria de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Su objetivo es aliviar el sufrimiento, fomentar la autosuficiencia y ofrecer oportunidades de servicio. El coordinador del proyecto CYI, Lazar Milosevic, dice que los padres “carecen de la capacidad para […] el papeleo necesario para la matriculación, [porque] están trabajando todo el día, principalmente recogiendo basura. Así que les falta tiempo, sus hijos no tienen zapatos ni ropa, ni la higiene adecuada”.
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Voluntarios enseñando a niños romaníes de forma individual2022 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.“LDSC pudo asociarse con CYI para ayudarles a proporcionar un lugar de reunión para los niños romaníes”, explica Raelene Bills, voluntaria a tiempo completo de la Iglesia, “LDSC ayuda a financiar el programa para los niños de familias menos afortunadas”. Los niños proceden de 27 asentamientos informales romaníes de los alrededores de Belgrado y disponen de comida, una ducha, ropa nueva y ayuda con los deberes. “Gracias a las actividades de [CYI], la comunidad romaní consigue que los niños estén preparados para cumplir con sus obligaciones escolares con regularidad y éxito”, comenta Svetlana Ilić, del grupo de orientación pedagógica de la Escuela Primaria Jovan Cvijić de Belgrado. “Estos niños y niñas disponen de este modo de un camino seguro hacia la formación académica y no hay peligro de que abandonen el sistema educativo reglado”.
“Los niños que viven en extrema pobreza, la mayoría de ellos romaníes, tienen problemas de socialización que provienen de sus condiciones de vida y, sobre todo, de no hablar el idioma serbio. Llevar a los niños a actividades extraescolares y mezclarlos con otros niños les refuerza la autoestima y les proporciona confianza. Estamos muy contentos y orgullosos de nuestro trabajo”, dice Lazar Milosevic, coordinador del proyecto CYI, “… pero existen muchas barreras y problemas para que estas personas accedan a los servicios públicos. Tenemos conflictos constantes con las regulaciones, que suponen desafíos difíciles o innecesarios para estas familias”. “Proporcionarles apoyo en los primeros años […] también previene […] el abandono en años posteriores”.
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Placa de Latter Day Saints Charities en la pared de su cafetería2022 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.“Considero que nuestros talleres son una oportunidad para prestar atención a los niños que suelen quedarse atrás en clase”, añade Dijana Injac, estudiante de un máster en lengua y literatura serbia, una de las tres ganadoras del Premio Nacional de Voluntariado y voluntaria de CYI. “Muchos de ellos experimentan dificultades enormes en la infancia, por lo que se ven obligados a crecer rápidamente”. Milosevic añade: “Estos niños encuentran con nosotros amor, cuidados y amistades”.
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En un centro de acogida, dos niñas romaníes eligen nueva vestimenta y zapatos para ir al colegio.2022 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.“Como me he convertido en educadora del Centro de Integración Juvenil, mi trabajo se centra en los alumnos de quinto curso, que son mayores y, que por tanto, se enfrentan a mayores retos en lo que respecta a su formación académica”, continúa Dijana. “Además. les ayudamos a adaptarse a los nuevos profesores y asignaturas. Al final de los talleres, siempre encontramos tiempo para tomar refrigerio […], juegos divertidos y conversaciones amenas”. “CYI tiene una cafetería en la que han dado trabajo a los jóvenes romaníes mayores”, añade Ralene Bills. “LDSC también financia el material escolar y los productos de higiene, los materiales de los talleres, el transporte y las actividades al aire libre”.
*El nombre se ha cambiado para reflejar la realidad cotidiana de muchos de estos estudiantes y mantener la privacidad de su identidad.