Nota de prensa

Las autoridades eclesiásticas visitan la región de Eifel tras las inundaciones

Tras las extensas inundaciones de mediados de julio en zonas de Alemania, Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo y Suiza, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días sigue participando activamente en las labores de ayuda a través de sus congregaciones locales, organizaciones de ayuda y autoridades gubernamentales.

Eifel branch visit 01
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Daños en la región de Eifel tras las inundaciones.2021 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.
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En agosto, varios líderes de la Iglesia asistieron a los servicios dominicales de una congregación local de la región alemana de Eifel para agradecer a los líderes y miembros locales los incansables esfuerzos de servicio a su comunidad. Entre los visitantes se encontraban el élder Erich W. Kopischke, de la Presidencia del Área Europa, junto con su esposa Christiane, y Christian Ottiker, gerente de Bienestar y Autosuficiencia de la Iglesia en Europa. También estuvieron presentes más de cuarenta misioneros, que habían servido como voluntarios en las ciudades cercanas durante la semana. Desde principios de agosto, los misioneros de la Misión Alemania Fráncfort, junto con los miembros locales, han prestado más de 10 000 horas de servicio.

“Estamos dando a todos los misioneros de nuestra misión la oportunidad de venir a la región y servir a la gente”, dice el presidente Hammon, presidente de la Misión Alemania Fráncfort, quien, junto con su esposa Debbie, también asistió a los servicios dominicales. “Nuestros misioneros nos dicen que su semana de servicio es la experiencia más gratificante y generadora de humildad que han tenido en su misión”, añade.

Eifel branch visit 02
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El élder y la hermana Kopischke con los misioneros y los miembros después del servicio dominical en la Rama Eifel.2021 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.
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Se le pidió a Christian Ottiker que explicara cómo responde la Iglesia en momentos de crisis. “En primer lugar, las Oficinas Generales de la Iglesia, junto con los líderes locales de la Iglesia de la región afectada, evalúan las necesidades y cómo deben organizarse todos los asuntos”, dijo Ottiker. “Cuando se produce una crisis, la Iglesia no crea un fondo especial dedicado a una crisis determinada, sino que utiliza el fondo de ayuda humanitaria ya establecido, que siempre se encuentra disponible”, añadió. “De este modo, la Iglesia puede ayudar rápidamente en momentos de necesidad y está siempre preparada”, dijo Ottiker.

En sus recientes viajes, Ottiker ha sido testigo de muchos voluntarios e innumerables actos de bondad en apoyo a las víctimas de las inundaciones. Cuando se preguntaba qué podía hacer la Iglesia en estos momentos difíciles, se decía: “¡Tú eres la Iglesia! Todo el mundo puede ayudar por medio de cosas pequeñas y sencillas”.

Refiriéndose a los recientes esfuerzos en torno a la crisis, el élder Kopischke planteó tres preguntas a la congregación: “¿Qué han visto? ¿Qué es lo que han sentido? ¿Qué cambiarán en su vida después de sus experiencias?”.

El élder Leo Lauener, un joven misionero de Suiza, recordó un incidente ocurrido cuando su tarjeta de crédito no funcionó al comprar comida. Una mujer que estaba en la cola detrás de él lo identificó como uno de los voluntarios que estaban ayudando y le dijo: “¡Encantada de pagar por los maravillosos ayudantes!”. Y pagó toda la compra del misionero.

Otra misionera, la hermana Anna Hughes, de Utah (Estados Unidos), dijo: “Servir en las zonas afectadas por las inundaciones ha sido una experiencia maravillosa porque me ha ayudado a centrarme en los principios más puros e importantes del evangelio de Jesucristo, que son amar a Dios y al prójimo”.

El élder Kopischke destacó que todos estos maravillosos gestos y actos de servicio y amor se encuentran entre los mejores atributos y valores de la humanidad. “¡Sería verdaderamente maravilloso, que este comportamiento solidario y amoroso no solo se sintiera y extendiera en momentos excepcionales, sino que se convirtiera en la norma de nuestra vida cotidiana!”. Y añadió: “El Señor llamaría a esto una cultura de Sion”.

Christian Ottiker sugirió que todos pueden evaluar lo que pueden hacer según sus circunstancias y recursos disponibles. Podrían dedicar algo de tiempo como voluntarios o ayudar a los vecinos y amigos necesitados. También se podría hacer una donación al fondo de ayuda humanitaria de la Iglesia. El élder Kopischke añadió que, en momentos de crisis, se puede acceder rápidamente al dinero que se dona a ese fondo. “Con este fondo, podemos proporcionar inmediatamente la primera ayuda, dondequiera que se necesite en Europa”, dijo. “Hoy sería para las víctimas de las inundaciones en Alemania y, mañana, quizás para las víctimas de los actuales incendios forestales en Italia, Grecia o Turquía”, continuó.

Eifel branch visit 03
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El élder y la hermana Kopischke antes del servicio dominical en la Rama Eifel.2021 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.
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Como muchos otros voluntarios de la zona, el élder Kopischke tiene previsto realizar una jornada de servicio en la región de Bad Ahrweiler, junto con su esposa, su familia y los misioneros, para ayudar a las víctimas de las inundaciones.

“Esperamos que el apoyo y el amor sigan extendiéndose a las personas necesitadas”, dijo. “No solo cuando la crisis es algo presente, sino también semanas y meses después, cuando aún se siguen necesitando”. Y concluyó: “Espero que reflexionemos sobre nuestra vida y nos demos cuenta de lo frágil que es. Una vez que se nos ha bendecido con algo, es importante que tengamos compasión por los demás. En palabras del profeta Isaías: “Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se manifestará pronto; e irá tu rectitud delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia” (Isaías 58:8).

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