La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se solidarizó con las familias y personas que fueron afectadas por los fuertes tornados que el lunes arrasaron cinco estados en los Estados Unidos, probablemente el más devastador desde el registrado en Moore, Oklahoma. Se han reportado al menos 24 personas fallecidas, entre ellas varios niños, un mayor número de desaparecidos y cientos de viviendas destruidas.
La Iglesia está al tanto de aquellas personas que han perdido a sus seres queridos y de las que han quedado sin hogar.
Los líderes mormones locales están dedicando sus esfuerzos en forma conjunta con las agencias locales de asistencia a la comunidad. Estos líderes han creado un centro de operaciones para socorrer a los damnificados y coordinar la entrega de suministros a través de cientos de voluntarios.
Misioneros y miembros locales de la Iglesia están preparados para apoyar las labores que realizan los voluntarios.
Se informó que todos los misioneros mormones que predican el Evangelio en las áreas afectadas se encuentran sanos y salvos, y aproximadamente 200 de ellos, que pertenecen a la Misión de la ciudad de Oklahoma, están prestando ayuda bajo la dirección de sus líderes.
Algunos misioneros y miembros de la Iglesia, también están prestando su ayuda como intérpretes en español y vietnamita para apoyar la labor de los servicios de emergencia en su esfuerzo por mantener una comunicación fluida con las víctimas del tornado.
Los líderes locales de la Iglesia continuarán evaluando la situación.