Presidente Monson: “Deutschland, ich liebe dich!”

Frankfurt am Main – “Deutschland, ich liebe dich” (“Alemania, te amo”), les dijo el presidente Thomas S. Monson a los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Hamburgo, y sonrió al concluir la primera de cuatro reuniones durante un viaje a Alemania en octubre de 2012. El presidente mundial de la Iglesia visitó a los fieles en Hamburgo, Berlín, Munich y Frankfurt am Main.

“Durante varias semanas he anticipado con gozo la visita a una tierra y a un pueblo a los que amo encarecidamente”, dijo el presidente Monson el 21 de octubre en el Jahrhunderthalle de Fráncfort am Main, en la reunión final que se transmitió a centros de reuniones de la Iglesia por toda Alemania, Austria y Suiza. Más de 10.000 Santos de los Últimos Días se reunieron en cuatro sitios, y miles asistieron a la transmisión vía satélite.

El meollo de sus mensajes a los miembros de la Iglesia alemanes fue su exhortación de seguir a Jesucristo. “Mi oración hoy es que tengamos oídos para escuchar, para que podamos oír cuando Él llame, apreciemos la invitación de nuestro Señor y tengamos la sabiduría de abrir de par en par las puertas de nuestro corazón y los portales de nuestra mente, para que entre Jesucristo”, dijo el presidente Monson en Hamburgo.

Los que sienten la influencia del Salvador experimentan un cambio en su vida y tienen el deseo de servir a otros, explicó en Berlín. En Munich, el presidente Monson recordó a la audiencia que Jesús llamó a los pescadores, les pidió que dejaran sus redes y declaró que los haría pescadores de hombres. Todos los seguidores de Cristo deben ser pescadores de hombres y de mujeres, dijo él. A los fieles reunidos en Fráncfort am Main, dijo que Jesús enseñó mediante el ejemplo. Enseñó el perdón perdonando y la compasión siendo compasivo, agregó el presidente Monson.

La relación especial del presidente Monson con Alemania se remonta varias décadas. Un frío día de noviembre en 1968, se reunió con miembros de la Iglesia dentro de un almacén dañado en Görlitz. Conmovido por su fe y embargado de emoción, hizo una declaración que definiría su ministerio eclesiástico en Europa. “Si permanecen fieles y apegados a los mandamientos de Dios”, prometió el presidente Monson, “recibirán todas las bendiciones que disfrutan los miembros de la Iglesia en cualquier otro país”.

Otro acontecimiento conmemorativo para el presidente Monson fue la dedicación de lo que en aquel entonces era la República Democrática  Alemana para el desarrollo del evangelio de Jesucristo. Temprano por la mañana, el día 27 de abril de 1975, en la ladera de una montaña cerca de Dresden, ofreció una oración dedicatoria. Expresó gratitud por la Iglesia en la tierra, describió la fe de los miembros y suplicó que hubiera una manera para que los miembros fueran al templo, un santuario especial para los Santos de los Últimos Días. En aquel entonces, el templo más cercano se hallaba en Suiza, del otro lado de la cortina de hierro.

Durante su viaje a Alemania en 2012, el presidente Monson visitó a antiguos amigos y asociados en Sajonia. Luego regresó a Dresden, en donde el élder José A Teixeira, Presidente del Área de Europa de la Iglesia, le regaló una fotografía enmarcada del sitio de la dedicación, con vista al río Elba.

“Ahora que el presidente Monson visita Alemania, todos reconocemos y somos testigos de que su promesa profética se ha cumplido. Qué bendición tan maravillosa ha sido el tenerlo aquí entre nosotros para discursar ante congregaciones en Hamburgo, Berlín, Munich y Frankfurt. Queda claro que el presidente Monson es un hombre que tiene un profundo afecto por el pueblo alemán y que ese amor es correspondido por la gente de Alemania”, dijo el élder Teixeira.

La promesa histórica que hizo el presidente Monson en Görlitz resultó ser profética. El 29 y 30 de junio de 1985 se dedicó el Templo de Freiberg, el primer templo construido en tierra alemana. Antes de que cayera el Muro de Berlín, se permitió que misioneros extranjeros entraran a la República Democrática Alemana y que misioneros de ese país recibieran permiso de salir para servir en misiones en otros países.

Dos años después de la dedicación del Templo de Freiberg, se dedicó un templo en Friedrichsdorf, Hesse. Hoy, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cuenta con 38.500 miembros en Alemania, organizados en 173 congregaciones.