Nota de prensa

Lo que hallará al entrar en una capilla mormona

SALT LAKE CITY. 26 de octubre de 2009. La mayor parte de quienes visitan por primera vez un centro de reuniones de la Iglesia Mormona mencionan algo en cuanto a la cantidad de salones que dichos edificios tienen. Muchas personas esperan encontrar un único y amplio salón, al igual que en los centros de adoración de muchas otras religiones cristianas.

Sin embargo, los centros de reuniones de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días son diferentes a los que muchas otras religiones utilizan. Tienen aulas, oficinas, una pila bautismal, una cocina y, en muchos casos, un salón cultural con una cancha interior de baloncesto. Por lo general, los salones culturales de los centros de reuniones mormones cuentan con un escenario para representaciones teatrales o espectáculos musicales. Además, la cancha de baloncesto también sirve como pista de baile o como salón comedor, entre otros usos.

Centro de reuniones Santo de los Últimos Días ubicado en Phnom Penh, Camboya.

Tienen todo ello además de un amplio salón para doscientas o trescientas personas que se denomina “capilla”, el cual se usa para las reuniones de adoración dominicales. En ocasiones, los mormones también usan el término “capilla” para describir todo el edificio o centro de reuniones.

“El edificio era muy sencillo”, dijo Sandra Yeo después de visitar por primera vez uno de los centros de reuniones de la Iglesia en su Inglaterra natal.

“Hasta donde pude ver, no había cruces, murales, estatuas ni figuras de ningún tipo,. Jamás había estado en una iglesia cristiana que careciera de ese tipo de cosas. No obstante, esa sencillez me resultó muy agradable”.

Para los Santos de los Últimos Días, las capillas de la Iglesia son un centro de vida religiosa y social. Sin embargo, la parte más importante de la semana es la reunión sacramental, la cual tiene una hora de duración. Ésta tiene lugar los domingos y es semejante a otros servicios de adoración cristianos. Los hombres, las mujeres y los niños ofrecen oraciones, dan sermones y cantan himnos; además, se reparte la Santa Cena, que es similar a la comunión de otras religiones. Asimismo, los miembros de la Iglesia enseñan los principios impartidos por Jesucristo.

Centro de reuniones Santo de los Últimos Días ubicado en Harlem, Nueva York, EE. UU.

Al asistir a las reuniones de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Wisconsin por primera vez, Brian Sharon se sintió impresionado ante los servicios de adoración.

“Estaba acostumbrado a los servicios de adoración muy formales y altamente estructurados de la iglesia de mi infancia”, dijo Sharon. “Me causó curiosidad cuán sencilla y eficientemente se manejaban las cosas, sin rituales o ceremonias extensas. Además, me conmovió lo amigables y afables que eran todos, en especial hacia quienes estaban de visita, como mi familia. Fue una sorpresa agradable”.

Además de la reunión sacramental, existen otras reuniones dominicales que forman parte del programa de tres horas que tiene lugar desde las 9:00 hrs. hasta el mediodía, desde las 11:00 hasta las 14:00 hrs. o en algún otro horario alternativo.

Dichas reuniones incluyen clases para los jóvenes y para los adultos, así como lo que los mormones llaman “la Primaria”, que es un periodo de tiempo en el que los niños de hasta doce años asisten a clases y cantan.

Los mormones tienen familias numerosas, de modo que prepárese para ver —y oír— muchos niños; y aunque los padres mormones se esfuerzan por enseñar a sus pequeñitos a ser reverentes, también se insta a los niños a participar.
Por ejemplo, en la Primaria, que es para los niños, verá niños de siete años, o aun más pequeños, que ofrecen discursos, leen pasajes de las Escrituras y oran frente a sus compañeros. Las canciones que se enseñan y cantan en la Primaria se centran en la vida y en las enseñanzas de Jesucristo, en temas de las Escrituras y en formas sencillas en que los niños y los demás puedan poner en práctica lo que se predica. Generalmente los mormones son personas amigables, de modo que los visitantes no deben sorprenderse si alguien, al ver un nuevo rostro, se acerca para conversar, darles la mano y ayudarles a hallar la reunión o clase indicada.
Una idea equivocada que es común entre quienes no pertenecen a la religión mormona es que sólo los Santos de los Últimos Días pueden entrar a sus capillas. Es muy probable que tal idea se deba a que se confunden las capillas con los templos. Mientras que en los templos, de los cuales existen 151 en todo el mundo (incluyendo los ya erigidos así como los que se han anunciado o que están en construcción), el ingreso se limita sólo a los miembros de la Iglesia que estén plenamente consagrados a su fe, en las capillas mormonas se permite el ingreso de cualquier persona que desee ir de visita o adorar junto a sus vecinos Santos de los Últimos Días. Existen más de 17.000 capillas en todo el mundo. El diseño arquitectónico de las capillas Santo de los Últimos Días refleja la magnitud de una religiosidad que va más allá del púlpito y las bancas. El ser miembro de un barrio mormón (es decir, una congregación) significa ser parte de una comunidad religiosa que se reúne como grupo semanalmente y que se congrega de modo más reducido en varias reuniones más que se celebran todas las semanas.

En algunos casos, los centros de reuniones mormones se transforman en centros de operaciones para proyectos de servicio a la comunidad como, por ejemplo, en épocas de desastres naturales. En muchas ocasiones, tales actividades se llevan a cabo en conjunto con las de otras comunidades y grupos religiosos.

Los mormones dicen que aunque las actividades que los unen y que se efectúan dentro de sus edificios son amplias y variadas —algunas de ellas culturales, deportivas, educativas y sociales— la motivación subyacente de todo lo que se lleva a cabo es que las personas y las familias se ayuden mutuamente a superar los retos de la vida al aprender sobre Jesucristo y al esforzarse por llegar a ser semejantes a Él.

Para los Santos de los Últimos Días, los edificios que utilizan en sus distintos servicios de adoración y otras reuniones son importantes, pero no tanto como la edificación que tiene lugar dentro de sus muros. Lo más importante para los mormones es la edificación de personas y familias fuertes, el conocimiento, los lazos de unión y la fe en Dios.

“Nuestras capillas no están construidas con las mismas características de diseño”, dijo en una conferencia mundial el élder L. Tom Perry, quien es apóstol de la Iglesia. “Sin embargo, cada una de ellas se centra en la misión de nuestro Salvador. Son edificios dedicados al propósito de adorarle”.

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