El 17 de noviembre pasado, numerosos
líderes religiosos y comunitarios rindieron homenaje al élder M.
Russell Ballard; reconocieron su labor como “constructor de
puentes”, con un talento comprobado a la hora de reunir a diversas
comunidades para colaborar en la ayuda a los necesitados.
Los Servicios Comunitarios Católicos de Utah entregaron al élder Ballard el Premio Humanitario, y destacaron su labor “en trabajar con la Iglesia Católica para asegurarse de que hasta los más pequeños de nosotros estén bien atendidos”.
Cientos de personas se reunieron en la
sala de baile del hotel Little America, en Salt Lake City para
participar en la cena anual de premios de los Servicios
Comunitarios Católicos. Además del élder Ballard y su esposa, la
hermana Bárbara Ballard, asistieron varios otros líderes de la
Iglesia Mormona, entre ellos el presidente Thomas S. Monson;
también participaron el élder Richard G. Scott y el élder Neil L.
Andersen, del Quórum de los Doce, además del élder Cecil O.
Samuelson, de los Setenta, el obispo H. David Burton, del Obispado
Presidente, y la Presidenta General de la Sociedad de Socorro,
Julie B. Beck.
Scott G. Winterton, Deseret News
Previamente a la cena de premios, el élder M. Russell Ballard, de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, conversa con monseñor J. Terrence Fitzgerald.
Antes de la entrega del premio, los asistentes vieron una presentación en DVD en la que varios amigos cercanos al élder Ballard elogiaron su labor humanitaria, entre ellos el presidente Monson y el reverendísimo John C. Wester, obispo de la Diócesis Católica de Salt Lake City.
“Conozco al élder M. Russell Ballard, a quien llamo Russ, desde que yo trabajaba como joven publicista para Deseret News”, dijo el presidente Monson, y añadió: “Una de las características más destacadas de Russ es que siempre procura edificar y animar a los demás”.
Scott G. Winterton, Deseret News
El élder M. Russell Ballard, de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, camina al estrado para recibir un premio de los Servicios Comunitarios Católicos de Utah.
El Presidente de la Iglesia agregó que el élder Ballard sigue siendo un elemento clave que aporta mucho a su comunidad.
“No es un mero espectador; si hay algo que hace falta llevar a cabo, él normalmente se encuentra en el centro de la actividad. Su trabajo como miembro de la Alianza por la unidad en nuestra región ha generado una mayor unidad, y esto era exactamente el propósito de su fundación”.
El obispo Wester habló del “enorme corazón” del élder Ballard, su compasión y su preocupación por los necesitados.
“Tenemos una estupenda elación de trabajo”, dijo. “Le ayudamos siempre que nos es posible, y yo diría que verdaderamente somos amigos. Para mí es un honor llamarle amigo, y le felicito por haber obtenido este importante premio”.
El obispo Burton dijo que el élder Ballard está especialmente agradecido por haber recibido este homenaje de una organización como los Servicios Comunitarios Católicos. “Sé que siente un cariño especial por lo que hacen y, especialmente, por cómo lo hacen”.
La hermana Beck llamó al élder Ballard un
humanitario de corazón. “Creo que está arraigado en su alma”,
dijo.
Scott G. Winterton, Deseret News
El élder M. Russell Ballard, de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, recibe un homenaje durante la cena de premios humanitarios de los Servicios Comunitarios Católicos de Utah.
El reverendísimo monseñor J. Terrence Fitzgerald ha colaborado con
el élder Ballard en numerosas ocasiones, y existe una relación muy
estrecha entre ambos. Monseñor Fitzgerald habló del talento de su
amigo para reunir a personas de diferentes denominaciones en una
misma agrupación para trabajar por el bien común. “Construye
puentes para crear unidad en nuestra comunidad, donde existe tanta
diversidad”.
La defensora de las personas sin hogar de Utah, Pamela J. Atkinson, se maravilla de la capacidad del élder Ballard para reflexionar sobre las dificultades de los demás.
“Lo que le convierte en un humanitario tan excelente es que hace preguntas”, dijo. “Siempre quiere saber esto: ¿Tiene recursos suficientes? ¿Hay algo más que la Iglesia SUD pueda hacer?”
Scott G. Winterton, Deseret News
El presidente Thomas S. Monson escucha las presentaciones en la cena de premios de los Servicios Comunitarios Católicos de Utah.
El élder Ballard se sintió humilde al recibir este premio y escuchar todas las palabras amables que se pronunciaron en su honor. “Me pregunto si puedo conseguir una copia de estos comentarios para mi próximo discurso en la Conferencia General”, dijo con una sonrisa. Tras aceptar este honor, el élder Ballard habló de una de sus primeras experiencias de colaboración con la Iglesia Católica, mientras viajaba en 1984 a Etiopía, un país azotado por una grave sequía, en compañía de Glenn L. Pace, de los Setenta. “Nuestra primera visita fue a los servicios católicos que se encontraban allí”, dijo. “Desde aquel momento en 1984, he disfrutado de experiencias maravillosas en mi estrecha relación con la Iglesia Católica”. El élder Ballard expresó su estima por el obispo Wester y sus predecesores en la diócesis de Salt Lake City. “Nos esforzamos por mantener los valores y los buenos principios que defienden nuestras dos iglesias, y creo que también la mayoría de las personas creyentes”. También habló del liderazgo de unidad del presidente Monson. “Espero que pueda seguir caminando tras los pasos del presidente Thomas S. Monson. Él ha estado construyendo este puente entre la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y la Iglesia Católica durante muchos, muchos años. Es un gran ejemplo para mí y creo que para todos los que nos encontramos aquí esta tarde”. El élder Ballard concluyó diciendo que espera seguir colaborando muchos años más con la Iglesia Católica. “Todos procuramos seguir a Jesucristo y hacer aquello que Él desea que hagamos”. Varias otras personas y organizaciones fueron homenajeadas durante este acontecimiento, como Wells Fargo (premio al colaborador empresarial); United Way of Northern Utah (premio al colaborador comunitario); la familia Bashire (premio a los héroes sin deseos de fama); monseñor Terrence Moore (premio al humanitario del año); y Andrew Slazak (premio al empleado del año).