La Sociedad de Socorro del barrio de Jerez organiza una actividad
de homenaje a los pioneros de la ciudad.
El domingo 19 de junio será un día difícil de olvidar para los
miembros del barrio de Jerez de la Frontera, por las emociones que
sentimos al repasar años de servicio y volver a encontrarnos
después de mucho tiempo con antiguos amigos.
Han sido muchos días antes de trabajo por nuestra parte,
especialmente de mis consejeras Luy y Paqui, y las hermanas Maite y
Vanessa, junto a otras hermanas de la Sociedad de Socorro y otros
hermanos del barrio.
Buscando y buscando a esos hermanos nuestros que tanto queremos y
echamos de menos. Ellos que pusieron los cimientos con tanto
sacrificio y valentía. Hemos tenido experiencias muy bonitas las
cuatro, y sé que es el comienzo de muchos milagros, porque con este
primer contacto después de tantos años ya no perderemos el
contacto. Muchos nos pudieron visitar como la familia Cano, familia
Roldan.
Las mamás de las pioneras también vinieron ya que ellas formaron
parte de esos días difíciles cuando la Iglesia comenzaba
en España. Un hermano , Cristobal Donaire, que fue el primer
investigador, el cual nunca llegó a bautizarse, era el papá de los
misioneros, sin él los misioneros se hubieran sentido muy solitos
aqui en Jerez, asistió, lloró mucho y comento “debí haberme
bautizado, las cosas me hubieran ido mejor”, y nos agradeció en el
alma haberle buscado e invitado.
También contactamos con la familia Jiménez, la Familia Velarde,
familia Pacheco y muchos más y nos recibieron con los brazos
abiertos, no nos han olvidado, y ahora seguiremos trabajando con
ellos.
Hubo muchas lágrimas, yo personalmente no paré desde que empezó
hasta el final, no podia hablar y sólo habia empezado a dar la
bienvenida, el vídeo con fotos antiguas nos transportó a la
felicidad que tenían y el respeto por este Evangelio, aun siendo
sólo 3 y luego 4 y así poco a poco. Con las fotos vimos su
progreso, y también su felicidad. Al final disfrutamos del
refrigerio, donde reimos mucho, recordando sus anécdotas. Fue un
banquete espiritual, que nos ayuda a seguir adelante, si ellos con
tanto sacrificio siguen ahí, nosotros sólo debemos emular su
ejemplo. Un día inolvidable.
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