Historia de la Iglesia
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fue fundada en el estado de Nueva York, Estados Unidos de América, en 1830 con la visión del profeta José Smith y la publicación del Libro de Mormón (Otro testamento de Jesucristo). En 1847 los miembros fieles se habían dirigido hacia el oeste, cruzando las Grandes Llanuras en busca de libertad religiosa, estableciéndose finalmente en el valle del Lago Salado.
Desde allí la Iglesia se ha extendido por todo el mundo con más de 31.000 congregaciones en más de 160 países y tiene cerca de 17 millones de fieles. Actualmente, a fecha 06 de abril de 2022, la Iglesia cuenta con 61.455 miembros registrados en España y 137 congregaciones. Hay un templo en Madrid desde 1999 y otro, recientemente anunciado, se edificará en Barcelona.
El Ministerio de Justicia otorgó en el año 2003 a la Iglesia el reconocimiento de “Notorio Arraigo” por su número de fieles, grado de difusión, tiempo de presencia y participación activa en la sociedad española desde hace más de 50 años.
Reconocimiento
Mercedes Murillo Muñoz, Subdirectora General de Libertad Religiosa, del Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, envió nota de felicitación y agradecimiento a la Iglesia el día 6 de abril de 2022 con motivo de la celebración de la organización de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y dice, en parte, así:
“En el día que conmemoráis la fundación de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, quería enviaros una calurosa felicitación y agradeceros vuestro incansable compromiso y solidaridad con los que más sufren en todo el mundo”.
Este elogio y felicitación pone de manifiesto que la Iglesia tanto en España como a nivel global cuenta con fuertes cimientos de reconocimiento, aceptación, comprensión y buena voluntad por parte de las autoridades del gobierno, órganos del Estado, oficinas de la Administración y sociedad en general.
La misión de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es predicar el evangelio de Jesucristo, servir a las personas, mejorar sus vidas y ayudar a los pobres y necesitados. Creemos que el servicio es nuestra religión y la esencia misma del evangelio.
Desde 1985, la Iglesia está brindando servicio solidario y altruista a más de 188 países a través de sus servicios humanitarios LDS Charities. Los miembros de la Iglesia se unen a sus vecinos y comunidades para dar de su tiempo y recursos con proyectos como Sirve Ahora o Manos que Ayudan: la bendición de servir al prójimo y edificar el reino de Dios.