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Entregada de corazón a su prójimo

El compromiso cívico de María Jose Loly de Cooman “Micky” reconocido con el título de “Ciudadana europea del año”.

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“El Evangelio cambió por completo mi vida y mi manera de ver las cosas y de vivirlas. Sobre todo cambió mi actitud. Estoy firmemente convencida de que una persona con fe y voluntad puede hacer cambiar las cosas en este mundo, empezando por las que le rodean directamente e ir extendiendo esa influencia en círculos cada vez más grandes a su alrededor.” Estas palabras de la hermana Maria Jose Loly de Cooman “Micky” no son palabras huecas, expresan de forma concisa y clara su talante existencial, y aquellos que nos hemos visto afectados por sus convicciones y hechos damos testimonio de que así es.

Micky se unió a la Iglesia hace 32 años, lejos de su país natal Bélgica. Fue la primera conversa en Palma de Mallorca, una pionera cabal y no solo en el Evangelio, porque a sus 78 años no se cansa de emprender cosas nuevas, movida por ese convencimiento de que la influencia de un individuo no tiene límites.

Es una mujer polifacética, pero con una fuerza motriz particular: le encanta “reunir” personas.

Desde hace 15 años preside el Belgoclub de las Baleares, organización que acoge a todos los residentes belgas de las islas. Apasionada por el patchwork, ha consagrado muchos esfuerzos a divulgarlo e incluso obtener, tras seis años de lucha con la burocracia, el reconocimiento por parte del gobierno balear de esta labor como una forma de artesanía. Posee el título de “Maestra artesana de creaciones textiles” y ha fundado y preside el club Cosipatchwork (de “cosy”, ameno en ingles, y de “cosir”, coser en mallorquín, fonéticamente parecidas), que cuenta con más de 100 socias y organiza frecuentes talleres, cursos y exposiciones.

Durante 12 años trabajó en fijar el estándar de la raza mallorquina del perro “ca de bestiar”, usado como pastor de ovejas, hasta que fue reconocido oficialmente por la Sociedad Mundial Cinocéfala como “raza reconocida”, lo que posibilita su participación en cualquier concurso mundial de perros. Por sus trabajos en este campo, el gobierno balear la ha distinguido en dos ocasiones con sendas placas de reconocimiento.

 

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Además, muy recientemente, en mayo de este año, el Ayuntamiento de Calviá, en un homenaje público, le ha otorgado el título de “Mejor ciudadana europea del año 2012”.

No obstante, parecería no ser suficiente tanta actividad, porque una noche, mientras navegaba por internet, descubrió el proyecto danés “Heartpillow”, consistente en la confección de unos cojines en forma de corazón que sirven para paliar las molestias del postoperatorio a las personas intervenidas por cáncer de mama. Enseguida se  sintió interesada por ello: “Con la gran cantidad de mujeres que yo conocía y que podrían ayudar……. Así que me puse a orar y pedir a mi Padre si este proyecto era bueno. Tuve la contestación rápidamente y enseguida me puse en marcha escribiendo a la enfermera que lo había traído a Dinamarca, quien me dio su permiso entusiasmada”. Así que en junio de 2010 propuso el proyecto en su club de patchwork, en la Sociedad de Socorro de la Iglesia y comenzaron a confeccionar un buen número de almohadas.
 
Los contratiempos llegaron desde el principio: “A mi familia no le parecía muy bien porque significaba mucho trabajo ‘a mi edad’ y ‘¿de dónde sacaría el dinero?’, mucha organización y mucha ausencia de casa”. Y cómo no, trabas burocráticas a la hora de hacer llegar las almohadas del corazón a las enfermas: “No hay resultados de investigación científica”.

Pero eso no consiguió detenerla y emprendió la parte más difícil, recorrer los hospitales de las islas y convencer a sus responsables para distribuir las almohadas a sus pacientes operadas. “Después de varias visitas e insistencia, logré que aceptaran unas almohadas y las dieran a pacientes operadas. Enseguida estas testificaron de su utilidad y de que les quitaban mucho dolor. También impedían que el brazo se hinchase por falta de las glándulas y les procuraba bienestar al descansar, ya que soporta el hombro e impide que el brazo toque la herida. Usando la almohada no tenían que tomar calmantes, lo que convenció al personal de los hospitales.”

Tras conseguir la publicación de un artículo de una página en la revista nacional de la Asociación de patchwork española, el Proyecto Micky se difundió por todo el país. En la actualidad existen unos 90 grupos de mujeres que confeccionan almohadas por toda España y las entregan a casi 137 hospitales. También se ha extendido a América (Brasil, Chile, Argentina, San Salvador, Puerto Rico) y en Europa, Italia y Francia se han unido a sus grupos.

Esto representa una gran cantidad de correspondencia para aconsejar, animar, enviar materiales, mantener una página web, un blog y un foro (www.almohadadelcorazon.blogspot.com) Pero Micky, con su humildad característica, simplemente afirma: “Solo soy un poco tozuda cuando quiero conseguir algo… Estoy muy feliz con lo que hemos logrado entre todas, nunca he visto tanta solidaridad, tanta respuesta cariñosa, la gente se han volcado en ayudarme en el proyecto….

Todavía no me paro, tengo que poder cubrir toda España; aún me faltan ciudades donde no hay corazones, y tengo la firme decisión de cumplir con este cometido cuando cumpla ¡80 años!, además de empezar por toda América del sur de habla española. Con la ayuda del Señor, nada es imposible.”

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Micky recibiendo una placa en agradecimiento por los argentinos viviendo en Mallorca. Septiembre 2011. Fotografía cortesía de Micky.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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