La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en el Área Europa está participando activamente en la labor de socorro al responder a la crisis de refugiados causada por el actual conflicto armado en el continente. Como se mencionó en una declaración oficial anterior, desde las primeras horas, la Iglesia se implicó de inmediato y está brindando ayuda directamente a través de sus miembros y junto con otras organizaciones de socorro.
A los miembros de la Iglesia se les enseña regularmente a ser autosuficientes y a estar preparados para responder a situaciones de crisis. Asimismo, se les enseña a seguir el ejemplo de Jesucristo. Él invitó a todos a desviarse de su camino para ayudar a los pobres y a los necesitados. El élder Massimo De Feo, líder de la Iglesia en Europa, confirma que, al ayudar a los demás, todos podemos encontrar fortaleza y propósito adicionales. “Cuando las personas se vuelcan en el servicio al prójimo, están en la obra del Señor y llegan a conocer mejor al Salvador. Al dar a los demás, encontramos renovación y fuerza personal”.
Otro aspecto que contribuyó a la rápida respuesta es el hecho de que algunos de los miembros de la Iglesia en Europa tienen ellos mismos un “legado de refugiados”. Ayudar a aquellos que se encuentran en una situación similar es algo que les afecta muy de cerca. Desde el primer día, las congregaciones de la Iglesia en toda Europa se organizaron en comités de emergencia y empezaron a prestar la ayuda que tanto se necesitaba. Hombres y mujeres líderes de la Iglesia en Europa, conocidos como Setentas de Área y Asesoras de organizaciones de Área, respectivamente, empezaron a coordinar los esfuerzos locales para garantizar que la ayuda proporcionada se adaptara a las necesidades reales sobre el terreno. La Presidencia del Área Europa dirige el trabajo de coordinación en toda el Área y los líderes locales coordinan y asesoran en sus respectivos países. Todo indica que esta labor de coordinación para prestar ayuda continuará durante mucho tiempo.
Julia Wondra, natural de Austria, cuya asignación como Asesora de organizaciones de Área la lleva a ministrar en varios países de Europa, comentó cómo los miembros de la Iglesia y otras personas están dispuestos a ayudar: “Ver el amor y el deseo de ayudar resulta abrumador. Los corazones de las personas se acercan a los demás. Los niños y las familias del Reino Unido tratan de enviar mensajes edificantes de esperanza a través de las redes sociales a las familias que están pasando por momentos difíciles. Las hermanas de la Sociedad de Socorro (la organización de mujeres de la Iglesia) en Polonia y en Rumanía se afanan continuamente por llevar mantas, pañales, medicamentos y otros artículos a las personas necesitadas. Son ciertamente una sociedad de socorro”, afirma.
Un ejemplo sencillo de la ayuda inmediata que prestó la Iglesia, con los medios existentes, tuvo lugar en la ciudad de Berlín al principio de la crisis actual. Los misioneros jóvenes de tiempo completo de la Iglesia que prestan servicio en esa zona fueron asignados a las estaciones de tren de toda la ciudad y, con un gran cartel que indicaba los idiomas que hablan, empezaron a ayudar a los que llegaban de la zona de conflicto a orientarse, a encontrar el siguiente transporte y a entender qué tipo de ayuda está disponible, entre otras cosas.
Unos días después, dos camiones cargados de suministros preparados por la Iglesia partieron de Fráncfort del Meno, Alemania, en dirección a Hungría y Rumanía. Los artículos enviados incluyen mil sacos de dormir, quinientos catres (camas portátiles) y diez tiendas de campaña, que se distribuirán entre los refugiados que han llegado a esos países. La distribución está siendo coordinada por Latter-day Saint Charities. Los artículos se distribuirán a través de varias organizaciones no gubernamentales que ya están sobre el terreno, a saber, la Orden de Malta y la Cruz Roja en Hungría y el Servicio Jesuita a Refugiados en Rumanía.
Christian Ottiker, que dirige la labor de Bienestar y Autosuficiencia en Europa, explica que “Latter-day Saint Charities está involucrada activamente en este momento en la labor humanitaria con las asociaciones y organizaciones no gubernamentales más relevantes en Ucrania, Moldavia, Polonia, Eslovaquia, Rumanía y Hungría, para ayudarlas en sus iniciativas con el fin de llevar asistencia humanitaria rápidamente a los que están sufriendo”. Afirma que la Iglesia se encuentra sumamente comprometida con la asistencia a los necesitados y que Latter-day Saint Charities está participando activamente en ese cometido. “Se invita a los miembros de todo el mundo, como comunidades eclesiásticas y vecinales, a participar de forma independiente en las actividades que consideren que pueden ayudar en esta labor”, concluye.
En toda Alemania, los miembros de la Iglesia de varias estacas (similares a las diócesis) han organizado hasta 1200 camas que están listas para los desplazados por el conflicto, independientemente de que sean miembros de la Iglesia o no. Estas camas gratuitas se encuentran en casas de miembros de la Iglesia y estarán disponibles para estancias cortas o largas.
En Polonia, unos doscientos miembros de cinco ramas (congregaciones más pequeñas) de la Iglesia se pusieron en contacto entre ellos y también con personas que no eran miembros y con vecinos, y juntos pudieron ofrecer 140 camas para personas necesitadas. Ochenta y seis de esas camas se encuentran en la ciudad de Cracovia. Una de las ocupantes de esas camas es una mujer que no es miembro de la Iglesia y que está embarazada de ocho meses. Su marido, miembro de la Iglesia, sigue en su país de origen.
Se prevé que Polonia sea el país europeo que recibirá la mayor afluencia de refugiados. David Chandler, presidente de la Misión Polonia Varsovia de la Iglesia, dijo que “tal vez más que cualquier otra nación en la tierra, el pueblo de Polonia entiende la tragedia que está ocurriendo. Su espíritu inconquistable y su devoción inquebrantable a la hora de ayudarse mutuamente en tiempos de conflicto y pruebas los ha posicionado y preparado para ayudar a sus hermanos y hermanas ucranianos que han buscado refugio en Polonia. Con una empatía sin parangón, han respondido a la llamada para brindar alivio emocional, físico y espiritual a los que buscan refugio. Sus esfuerzos conjuntos han fomentado un profundo sentimiento de unidad que resulta palpable e inspirador, ya que siguen el ejemplo del Salvador, que ‘anduvo haciendo bienes […] porque Dios estaba con él’ (Hechos 10:38)”.
Muchas congregaciones de la Iglesia en Austria, Alemania y Suiza se disponen a apoyar directamente a las congregaciones de la Iglesia en Polonia más próximas a la frontera oriental, para que puedan prepararse lo mejor posible para el gran aumento del número de refugiados que se espera que lleguen a esas zonas.
Peter Huber, del Barrio Pratteln (una congregación más grande) de la Estaca Berna, Suiza, es miembro del Consejo de Respuesta ante Emergencias que se organizó en el Área Europa. Este consejo, que está compuesto por diferentes comités locales, ayuda a coordinar las iniciativas de ayuda de la Iglesia en el Área. Los miembros de la Iglesia de varios países participan voluntariamente en estos comités. Huber es uno de esos voluntarios y reflexiona sobre la ayuda que pueden prestar los miembros de la Iglesia en cada congregación y lugar: “La Iglesia no debe ni puede resolver todos los problemas a los que nos enfrentamos, pero sigue habiendo muchas carencias para las que los miembros locales pueden proporcionar ayuda con rapidez. Por lo tanto, es crucial participar y coordinar la labor con las organizaciones benéficas locales, ayudar a los vecinos a recoger artículos y suministros que puedan enviarse posteriormente, y luego debemos identificar otras áreas posibles para proporcionar ayuda”.
En Praga, la capital de la República Checa, tanto el personal como los estudiantes de Cumorah Academy, una fundación sin ánimo de lucro que ha sido designada como Centro de acercamiento a la comunidad de la Iglesia, también decidieron acoger a varios refugiados y proporcionarles un lugar temporal para vivir. Hasta el momento, se han utilizado unas quince plazas y se espera que se utilicen veinte más en los próximos cuatro días. Cumorah Academy también está proporcionando medios económicos —que provienen de sus patrocinadores— a muchos otros refugiados que están llegando al país. Como la mayoría de los docentes son profesionales en sus respectivos campos de especialización, están ofreciendo su tiempo y sus conocimientos para poner en contacto a los refugiados con otras organizaciones internacionales que puedan ofrecer una solución a largo plazo para sus necesidades. Asimismo, están ofreciendo apoyo en materia de salud mental, organizando a voluntarios que viven en Estados Unidos y que tienen previsto venir a Europa para ayudar en esta crisis de refugiados.
Gracias al programa misional de la Iglesia, muchos exmisioneros que prestaron servicio en los países de Europa del Este están volviendo a conectar con sus compañeros misioneros y juntos están encontrando la manera de reubicar a los refugiados en Alemania y en otros países de Europa. Puesto que dominan las lenguas que se hablan en los países más afectados, esta habilidad resulta muy útil para identificar las necesidades y emergencias más acuciantes.
En Ucrania, los miembros de la presidencia de la Estaca Kiev apoyan a los miembros de la Iglesia que viven dentro de los límites de la estaca. La comunicación entre los líderes y los miembros está bien organizada allí. Los miembros de la presidencia de estaca conducen todo el día para entregar los suministros más necesarios a las personas y a las familias. Como en muchas otras iniciativas, la cooperación transfronteriza de los miembros de la Iglesia en Europa está marcando la diferencia. En este caso concreto, el apoyo a la Estaca Kiev procede directamente de la Estaca Viena, Austria. Los miembros de esa estaca están coordinando la recogida y organización de artículos y suministros, que luego se envían a los líderes de la Iglesia en Kiev para que los distribuyan ampliamente a los miembros que se encuentran allí.
Dado que la situación cambia por momentos, se invita a los miembros de la Iglesia en Europa a donar y colaborar con las organizaciones de sus respectivos países, así como a evitar, en la medida de lo posible, ir directamente a las zonas más cercanas al conflicto. También se invita a los miembros de la Iglesia en Europa a orar y ayunar durante todo un día el domingo 6 de marzo de 2022. Se invita a otros miembros en todo el mundo que quieran ayudar, a hacerlo a través de sus respectivas congregaciones o con donativos al Fondo de ayuda humanitaria de la Iglesia, que se utilizará para hacer frente a esta y otras crisis.