El martes, 26 de octubre de 2010, volaba de Madrid a Oporto, Portugal, Francisco Caamaño, Ministro de Justicia de España, con una comitiva formada por las siguientes personas: José María Contreras, Subdirector General de Relaciones con las Confesiones y, como tal, Presidente de la Comisión Asesora de Libertad Religiosa, con Mercedes Murillo, Secretaria Técnica de la Subdirección; José Manuel López Rodrigo, Director de la Fundación Pluralismo y convivencia, con Fernando Arias, Jefe de Proyectos de la Fundación; Joaquín Corcobado, Subdirector de Cohesión y Convivencia Social de la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias); Fernando Lozano, Secretario Técnico de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos (Iglesia Católica); Jacques Laredo, Comisión de Presidencia de la Federación de Comunidades Judías de España, y Faustino López, Director de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Desde Barcelona viajaban los representantes de la FEREDE (Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España) y de los Budistas.
El propósito de este viaje era asistir al “Congresso Luso-Espanhol”, promovido por la “Comissâo da Liberdade Religiosa” portuguesa, cuyo Presidente es Mario Soares, y la “Comisión Asesora de Libertad Religiosa” española, que tiene como Presidente a José María Contreras. Este congreso se celebró en el “Auditorio da Fundaçâo Eng. Antonio de Almeida”, y contó con la asistencia de Alberto Martins, Ministro de Justicia portugués, a quien acompañó en la Sesión de Apertura el Ministro de Justicia español, Francisco Caamaño.
El Ministerio de Justicia, por medio de la Subdirección General de Relaciones con las Confesiones y de la Fundación Pluralismo y Convivencia, me invitó a participar en este Congreso, representando a la Iglesia, una muestra más de que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días forma parte de los grupos religiosos representativos de la sociedad española. El Congreso tenía por título, “La Religión en las Sociedades Abiertas”. Y el programa tuvo cuatro sesiones: Sesión de Apertura, en la que Mario Soares, uno de los políticos portugueses más importantes del siglo XX, y una persona de gran prestigio en Portugal, abrió el Congreso como Presidente de la Comisión portuguesa de Libertad Religiosa. Habló de las buenas relaciones entre España y Portugal, y del trabajo que ambos países están haciendo para construir sociedades abiertas. Mario Soares dijo que la religión debería ser en este siglo XXI un factor de paz, y que debería haber entre los diferentes grupos religiosos un diálogo que permita construir esa cultura de paz. Y dirigiéndose al Ministro de Justicia de su país, dijo que en Portugal el hecho de que sólo a los católicos se les conceda la exención fiscal es una “discriminación insólita”. Este comentario obligó a Alberto Martins, Ministro luso de Justicia, a incluir en su discurso de esta sesión de apertura una respuesta a Mario Soares, diciendo que en la crisis financiera en que vivimos, todos tenemos que hacer sacrificios, y prometió que se buscaría la forma de que el presupuesto nacional proporcionara beneficios fiscales a todos de “forma armoniosa y equitativa, sin discriminaciones”. Esto me recordó que en España los grupos religiosos con sólo Notorio Arraigo sufren la misma “discriminación insólita” en asuntos fiscales y otros, en comparación con los grupos religiosos con Acuerdo, y lo útil que sería tener en España, como tienen en Portugal, una Comisión de Libertad Religiosa independiente, con un Presidente que no fuera un funcionario del Ministerio de Justicia, como pasa en nuestro país, sino un hombre de prestigio similar al que Mario Soares tiene en Portugal, que le permitiera luchar eficazmente contra este tipo de discriminaciones. Tanto el Ministro Caamaño, como el Ministro Martins, hablaron de la diversidad y de la pluralidad, de la tolerancia religiosa, del respeto a la dignidad humana y de la necesidad de que todas las comunidades religiosas tengan un trato igual. Ambos insistieron en los lazos que unen a ambos países. Sesión de la Mañana, con participación de José María Contreras: “El papel de la religión en la sociedad europea”; Fernando Soares, Vicepresidente de la Comisión portuguesa de Libertad Religiosa: “La libertad de expresión en crisis”; Abdool Vakil, Presidente de la Comunidad Islámica portuguesa: “Religión y Ciudadanía”. Después del almuerzo, que fue una buena oportunidad de estrechar lazos entre los representantes del Ministerio de Justicia y los representantes de los grupos religiosos presentes, tuvimos la Sesión de la Tarde, con la participación de Daniel Rodríguez, Presidente de la española FEREDE: “Educación Religiosa en la Escuela Pública”; Eliezer Shai di Martino, representante de las Comunidades Judías portuguesas: Expresiones Externas de la Religiosidad”; José Manuel López: “La Gestión Pública de la Diversidad Religiosa”, y otros ponentes. Se esperaba al Primer Ministro portugués para la Sesión de Clausura del Congreso, pero no pudo asistir, y Mario Soares cerró el acto. Cuando terminó el Congreso, como teníamos tiempo hasta la salida del avión de vuelta a Madrid, los amables organizadores de la conferencia nos pasearon por la ciudad de Oporto, que es Ciudad Patrimonio de la Humanidad; para mí fue una buena oportunidad de tratar más de cerca a los compañeros españoles, especialmente a los representantes de la Subdirección General de Relaciones con las Confesiones, y de la Fundación Pluralismo y Convivencia, del Ministerio de Justicia.
(Izda. a dcha.: José María Contreras, Faustino López, José Manuel López, Mercedes Murillo)