Entrevista a Manuel Parreño, tercer español llamado a presidir una Misión.

Una de las muchas virtudes de Manuel Parreño es su entusiasmo y vitalidad; siempre saluda a todos con una cálida sonrisa. Sus ojos reflejan un brillo de amistad, pone el alma en cada apretón de manos de tal manera que hace que uno se sienta bien. El tiempo a su lado pasa volando. Es la clase de persona que lleva alegría doquiera que va. Y esta actitud le honra. De esto doy fe, pues le conozco desde hace por lo menos 25 años. Atesoro la ocasión, y aún mantengo muy vivo ese recuerdo, cuando tuvo la gentileza de acompañarme desde la antigua capilla sita en la calle Sancho Abarca,4 hasta mi oficina, unos 2 kilómetros, a lo largo del Zaragozano paseo de la Independencia, después de una reunión relacionada con el Sistema Educativo; esto sirvió para afianzar nuestra amistad.

¡Felicidades por su nuevo llamamiento!

Se convierte usted en el tercer Español SUD en presidir una misión, después de Faustino López Requena (España Málaga) Francisco Giménez Gras (Colombia).

¿Cuáles son sus sentimientos al respecto?
- Sentimientos de humildad y a la vez de responsabilidad por tan sagrado llamamiento.

¿Alguna vez pensó que sería llamado a servir en esta sagrada responsabilidad?
- Digamos que algún “flash” pasó por mi mente hace diez años, pero en estos momentos no lo esperaba, especialmente después de atravesar una seria enfermedad.

¿Qué hacía usted cuando recibió este llamamiento?
- Recibí una llamada telefónica del Área mientras estaba trabajando, y a partir de ahí comenzaron las llamadas desde Salt Lake hasta desembocar en el llamamiento. Y por supuesto toda la familia estaba muy emocionada y feliz por la inesperada noticia.

¿Cuándo se incorpora, y por cuánto tiempo?
- Comenzaremos el 24 de junio en una capacitación para presidentes de misión en Provo; y el 1 de julio comenzaremos nuestro servicio como presidentes de misión en Bahía Blanca; período que finalizará el 1 de julio de 2015.

¿Defina el papel de un Presidente de Misión?
Creo que esa es una buena pregunta para dentro de tres años, pero trataré de contestarla: yo
diría que enseñar, guiar, capacitar, inspirar y velar por el bienestar de los misioneros.

¿Qué es lo que más va a disfrutar en su nuevo llamamiento?
- La relación con 200 maravillosos misioneros llenos de vitalidad y espíritu, y ver a mi esposa cumplir su deseo de ser misionera de regla.

¿Cuáles son sus expectativas en el campo misional por segunda vez?
- Enseñar que el Evangelio de Jesucristo es la mejor herramienta para afrontar cualquier obstáculo que se le pueda plantear a una persona.

¿Cómo se describiría usted en tres palabras?
- Enamorado del Evangelio

¿Cuál es su escritura favorita?
- “Por amor a Sión no callaré…” (Isaías 62.1).

¿Su personaje favorito de las Sagradas Escrituras?
- El Salvador.

Si por un día le dieran los poderes de un superhéroe, ¿qué haría?

- Cómo alma deseaba: tener la voz de un ángel y proclamar el evangelio al son de trompeta.

Cuando tiene tiempo libre, ¿qué es lo que más le gusta hacer?
- Pasear con mi esposa, leer y el diseño gráfico.

¿Puede detallar tres dones que posee?
- 1) Paciencia, 2) saber rodearme de grandes personas, 3) reconocer el potencial en los demás.

Si pudiera hacerle una pregunta al presidente Monson, ¿qué le preguntaría?
- Preguntas doctrinales personales.

¿Qué es la felicidad para usted?
- Vivir de tal manera que, aún en los peores momentos, puedas esbozar una sonrisa nacida de la paz del alma.

¿Qué libro recomendaría a todos que leyeran? ¿por qué?
- Por supuesto, el libro más correcto de la tierra: EL LIBRO DE MORMÓN; porque, combinado con el espíritu, es la herramienta más poderosa para la conversión propia.

¿Qué mensaje mandaría al mundo?
- Que las puertas del reino celestial están abiertas para todos los hijos y las hijas de Dios que quieran vivir los principios del Evangelio.

¿Puede compartir su testimonio con nosotros?
- Mi testimonio es que sé con toda la fuerza de mi ser que Dios vive, que él y su hijo aparecieron a José Smith en la arboleda sagrada, restaurando el evangelio y cumpliendo parte de la profecía de Daniel, para que este evangelio llene toda la tierra; de eso no tengo ninguna duda y testifico que así será.

Reiteramos nuestras sinceras felicitaciones al presidente y a la hermana Parreño por la oportunidad de servír en la Misión de Argentina- Bahía Blanca, a la vez que les deseamos el mayor de los éxitos en unidad de acción al compartir el Plan de Felicidad. Les decimos hasta pronto con esta inspirada Bendición Irlandesa que una vez nos envió Manuel Parreño en un boletín del SEI:

“Que el camino venga siempre a vuestro encuentro,
que el sol brille sobre vuestros rostros,
que la lluvia caiga suavemente sobre vuestros campos,
que el viento sople siempre a vuestra espalda,
y hasta que volvamos encontrarnos.
Que el Señor os lleve en la palma de Su mano”