Nota de prensa

La Universidad de Oxford y los Santos de los Últimos Días participan en un simposio sobre la Biblia del rey Santiago

Eruditos del ámbito académico y autoridades religiosas se reunieron el sábado 14 de mayo de 2011 para participar en un simposio en la Universidad de Oxford, en Inglaterra, con ocasión de los 400 años de la publicación de la versión del rey Santiago de la Biblia. Este acontecimiento, organizado conjuntamente por la Harris Manchester College y La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, celebró la influencia de la Santa Biblia en la cultura, la religión y la literatura. Uno de los principales teólogos británicos, el Reverendo Profesor Alister E. McGrath, describió los antecedentes de la Biblia del rey Santiago y su proceso de traducción: “Ellos [los traductores] no sospechaban que estaban realizando una traducción que dominaría el mundo angloparlante durante 300 años”.
“Parecería que la aspiración principal de los traductores era lograr que el texto fuera comprensible”, afirmó McGrath, citando a Miles Smith, erudito de Oxford del siglo XVII, quien dijo que la producción de la versión del rey Santiago fue “como quitar la piedra que tapaba un pozo de agua, para que todos puedan beber”. El profesor Jonathan Bate, experto en literatura, habló acerca de “los dos pilares de la cultura inglesa”: la “versión autorizada” de la Biblia, encargada por el rey Santiago I, y las obras de William Shakespeare. El profesor Bate dijo como un toque de humor: “La versión autorizada es la excepción que confirma la regla de que ninguna gran obra literaria ha sido escrita por un comité”. El profesor John S. Tanner, vicerrector académico de Universidad Brigham Young, exploró la huella que ha dejado la Biblia del rey Santiago en los Estados Unidos. “Ha ejercido un efecto y una influencia magistrales en nuestra cultura”, dijo. El profesor Tanner analizó el papel que desempeñó la obra en la vida de cuatro figuras prominentes de la historia estadounidense: John Winthrop (“el peregrino”), José Smith (“el profeta”), Abraham Lincoln (“el presidente”) y Martin Luther King (“el predicador”). El élder Kenneth Johnson, miembro emérito de los Setenta, compartió su testimonio personal  de la Santa Biblia: “Me ha transformado a medida que he aprendido lo que enseña”, dijo. “La Biblia da testimonio de Jesucristo como el Hijo de Dios... Esta obra es un canal hacia la inspiración y la revelación”. En el acontecimiento también se ofrecieron visitas a exposiciones de biblias antiguas en Harris Manchester College y en la biblioteca Bodleian de la Universidad de Oxford. Los participantes en el simposio tuvieron la ocasión de contemplar el único ejemplar que resta de las cuarenta biblias de los obispos de 1602 utilizadas por los traductores del rey Santiago, la cual estaba marcada con sugerencias, eliminaciones y modificaciones. También se expuso una edición primitiva de la Biblia del rey Santiago, la biblia de 1522 de Martín Lutero, así como la partitura de Mesías de George Frideric Handel destinada al director de orquesta.

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