A medida que aumenta el flujo de refugiados procedentes de Europa del Este, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días continúa participando de forma activa en la labor de ayuda que se lleva a cabo en toda Europa. Esta labor incluye el establecimiento de estructuras formales (por ejemplo, el Comité de Respuesta ante Emergencias que se describe más abajo) y de redes informales con otras organizaciones de ayuda humanitaria ya establecidas para prestar servicio a los afectados por el conflicto en curso.
- Boxes_MilanItaly
- CookDeFeoChandler
- TrainstationKrakow
- YuliasSonDeacon
- FamilyKyivTemple_Feb2022
- SleepingBags_Sweden
- Refugees_Mortier
- Bags_clothingFried
1 / 2 |
“Estamos intentando hacer lo que Jesús querría que hiciéramos: levantar a los oprimidos. Por lo tanto, queremos que los suministros, el apoyo económico y las personas más apropiados lleguen allí donde son más necesarios, y lo antes posible”, dijo el élder Massimo De Feo, quien preside la Presidencia del Área Europa.
Esta inquietud ha conducido a la creación o reactivación de consejos y estructuras de ayuda en toda el Área, donde los líderes del sacerdocio y las líderes de la Iglesia coordinan la labor cooperando estrechamente con la Presidencia del Área Europa y siguiendo la guía y orientación de esta.
La Presidencia del Área Europa es la organización que dirige la Iglesia en treinta y ocho países europeos y supervisa la respuesta humanitaria y los fondos de la Iglesia destinados a ayudar a los refugiados.
El élder Rubén V. Alliaud, segundo consejero de la Presidencia del Área Europa, añade que “anticipándonos a los eventos actuales, los integrantes de la presidencia estábamos listos para establecer de inmediato un Comité de Respuesta ante Emergencias que coordinara toda la labor de ayuda en el Área”.
Esta labor, impulsada por la línea del sacerdocio, cuenta con el apoyo de las personas que trabajan en la oficina del Área Europa, situada en Fráncfort del Meno. El comité coordina la ayuda en primera línea con los líderes locales, por medio de los Setentas de Área y los presidentes de misión en los países afectados. Se ha prestado ayuda directa a más de seiscientos refugiados ucranianos que son miembros de la Iglesia. El élder Alliaud ha expresado que “resulta casi abrumador ver la bondad y la disposición a servir de tantas personas”.
Una iniciativa concreta que nació en esos consejos dirigidos por líderes del sacerdocio es el Sistema de ramas asociadas, diseñado para apoyar a las congregaciones de la Iglesia situadas cerca de la frontera con Ucrania y organizar allí la labor de ayuda humanitaria con mayor eficiencia. El sistema asocia diecinueve estacas alemanas, suizas y austríacas a veinticuatro congregaciones situadas en los países del Área Europa que comparten frontera con Ucrania. Una estaca es un grupo de congregaciones situadas en una zona geográfica.
Este Sistema de ramas asociadas crea una línea de comunicación directa y un sistema de apoyo entre esas congregaciones que se encuentran en primera línea y que necesitan ayuda y los grupos asociados que prestan esa ayuda. Peter Huber, un integrante del Comité de Respuesta ante Emergencias del Área Europa que trabaja en el proyecto, comenta que “resulta muy complicado cubrir las necesidades de los refugiados que cruzan la frontera de Ucrania, que mide dos mil kilómetros”. Por ejemplo, “las personas que están en el norte tienen necesidades distintas de las que se encuentran en el sur”. Y Huber añade: “Los miembros no quieren limitarse a extender un cheque; quieren implicarse emocionalmente”.
Greg Pawlik, un voluntario que actúa como coordinador de los refugiados para la Iglesia en Polonia, dijo al hablar de su función: “Por fin puedo vivir mi religión”. Julia Wondra, una asesora de organizaciones de Área para Europa del Este, dijo: “Es abrumador ver el amor y el deseo de ayudar. Las personas se acercan unas a otras en su corazón”.
Mientras tanto, la Iglesia anunció una nueva donación de cuatro millones de dólares estadounidenses para ayudar a los refugiados en Europa. La donación se entregó al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y al Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas para ayudar a los desplazados por la crisis humanitaria en Ucrania.
A continuación se presentan varias noticias destacadas sobre cómo está ayudando la Iglesia en Europa en la crisis actual. Para consultar noticias destacadas anteriores, haga clic aquí y aquí.
Polonia
Cracovia se encuentra en la primera línea del flujo de refugiados procedentes de Ucrania. Agata Tudor-Hart, la líder de la organización de servicio de las mujeres de la congregación local, actúa temporalmente como coordinadora de los refugiados en una nueva red informal de refugiados. Ella envió a Eric Schroedter, un voluntario de la Iglesia a tiempo completo, a la estación de tren de Cracovia —que estaba repleta de refugiados— para buscar a una mujer llamada Marina. “Después de buscar durante noventa minutos entre rostros desconocidos, una mujer me agarró del brazo porque había visto mi placa de misionero”. Schroedter dijo: “¿Marina?”, y ella asintió con la cabeza, entusiasmada, con una enorme sonrisa. “Ese día, Dios no solo respondió a nuestras oraciones, sino también a las de ellos”.
“En Varsovia no hay nadie que diga ‘No puedo’”, dijo Agnieszka Mazurowska, la coordinadora en la capital polaca. “No estamos haciendo nada más que cualquiera en Polonia. Incluso nuestros amigos que están lejos también están ayudando”. Algunos antiguos miembros de la congregación que viven en otros países han pagado en línea latas de comida para los refugiados en Varsovia. Mazurowska compartió también la historia de una madre y su hija adolescente embarazada. La angustiada hija, que se había casado solo tres meses antes, tuvo que dejar en Ucrania a su padre y a su marido (la mayoría de los hombres ucranianos de dieciocho a sesenta años están obligados a quedarse). Mazurowska dijo: “No podía hacerla feliz, no era posible, pero sí intenté aliviar su sufrimiento”.
Yulia, sus padres y su hijo de doce años abandonaron Kiev, dejando atrás al marido de Yulia. Cuando su grupo de refugiados aumentó de veinticinco a sesenta y seis, Yulia se convirtió en su líder, los dirigió en oración y se refirió a ellos como “una unión de ucranianos con un solo corazón”. Con sus propias palabras, compartió la experiencia del templo en la que se ha apoyado en su trayecto. “Tenemos la tradición ir al templo cuando nuestros hijos cumplen los doce años. Fuimos allí en el duodécimo cumpleaños de nuestro hijo, el día antes de que empezara el conflicto. Todos los miembros de mi familia fueron al templo. Estábamos en el lugar más hermoso, seguro y sagrado del mundo y sentimos el amor de Dios”. Yulia y su familia se encuentran ahora en Cracovia, Polonia, preparándose para viajar a Alemania, donde vivirán con unos parientes.
La familia de Mariia ha quedado dividida en las últimas semanas. Su padre, su madre y su hermano se han quedado en Ucrania, mientras que ella y su hermana se dirigen hacia el oeste, donde intentan reunirse con su hermano. Aunque su casa está en Donetsk, en el este de Ucrania, cuando empezó el conflicto Mariia se encontraba en una conferencia para jóvenes adultos solteros en el oeste de Ucrania y no pudo regresar a casa. Ella y su hermana decidieron no volver y, en cambio, se dirigieron a Lviv, Ucrania, junto con otros veinte asistentes a la conferencia.
Allí se reunieron con dieciséis personas más y el grupo se dirigió a Cracovia. Mariia utilizó un programa de Facebook patrocinado por la Iglesia para encontrar ayuda específica para su situación. En Cracovia se detuvieron solamente un día y, a pesar de los problemas, ella dijo: “Sé que Dios me ama, que sabe quién soy y que tiene un plan para mí. He visto muchos milagros. Sé que el Padre Celestial ve lo que hago”.
Greg Pawlik, un miembro de la Iglesia de la Rama Cracovia, transportó a un hombre desde la zona de la frontera y habló con él de lo que podía hacer para ayudarlo. Pawlik le preguntó, en ucraniano, si hablaba inglés. El hombre respondió, en ucraniano: “En inglés solo sé decir una frase: ‘Soy miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días’”.
Asimismo, Pawlik habló con otra familia de miembros de la Iglesia que también había huido de Ucrania y que compartieron con él su última foto en familia que se habían hecho delante del Templo de Kiev a principios de febrero, una foto que había hecho su hija. Poco después de que comenzaran las hostilidades, se cerró el Templo de Kiev y ahora la familia está separada. La madre y sus dos hijos han tenido que dejar atrás a su esposo y su padre, y están recibiendo alojamiento y comida de la congregación de Gdansk, formada por solo diez miembros. La mujer atesora la fotografía, sin saber si volverán a estar juntos.
Italia
La Estaca Milán Este y la Estaca Milán Oeste de Italia se unieron al Consulado General de Ucrania en Italia para recoger artículos básicos para la población de Ucrania. Un grupo de jóvenes de catorce a treinta años repartieron por toda la ciudad listas de los materiales que se necesitaban y los niños hicieron dibujos para enviarlos con los paquetes. Miembros, misioneros y amigos de la Iglesia donaron y recogieron en persona todo lo que el Consulado había solicitado. Decenas de personas se encargaron de clasificar, embalar y cargar 25 palés con 551 cajas con mantas, ropa, comida, material sanitario y productos de higiene personal en unos camiones ofrecidos por el Consultado y que se dirigían a Ucrania. Para obtener más información sobre este proyecto de servicio, haga clic en este artículo de la Sala de prensa de Italia.
Luxemburgo
Líderes y miembros de la Iglesia en Luxemburgo empezaron a recoger artículos esenciales para apoyar a los refugiados que llegan a Polonia, Rumanía y Eslovaquia. Colaboraron con la organización rumana Asociación MGM, que está ayudando en la frontera. Los miembros luxemburgueses también se han unido a L’Ukraine, que ya estaba apoyando la labor realizada entre Luxemburgo y la región ucraniana de Donetsk. Se recogieron cientos de cajas de donaciones que luego se clasificaron y transportaron a las principales zonas de entrada de refugiados. Las Mujeres Jóvenes del barrio pusieron en marcha un proyecto en las escuelas locales para recoger más suministros y, la semana siguiente, dedicaron una tarde a clasificar y embalar ese material.
Por medio de contribuciones locales, los líderes de la congregación entregaron los suministros a una congregación local de Varsovia. Tras reunirse con los líderes de la Iglesia allí, se ofrecieron decenas de colchones de aire, esterillas, botiquines de primeros auxilios, material médico, mantas y almohadas y otros artículos para seguir apoyando la labor de la Iglesia en esa parte de Europa.
Suecia
En los primeros días de la crisis, dos hermanos de congregaciones de la Iglesia en Suecia condujeron hasta Varsovia con cien sacos de dormir, entre otras cosas, que resultaron muy útiles porque en Polonia se habían quedado sin existencias. Esos hermanos solo querían ayudar y esta fue la manera más rápida de hacerlo que se les ocurrió. En estos momentos, se pide a los miembros y amigos de la Iglesia que coordinen su labor primero con los líderes locales en sus respectivas congregaciones o con organizaciones locales benéficas o de ayuda ya establecidas.
Francia
En Francia, un líder de la Iglesia en Mulhouse, Christophe Mortier, se unió a Restos du Cœur, una organización de ayuda de Eslovaquia, para recoger y transportar artículos de primera necesidad hasta la frontera eslovaca. Esos artículos se entregaron unos días después. El grupo regresó con una familia de seis personas que se dirigían a Luxemburgo y que recibieron ayuda de la asociación L'Ukraine, que acoge a personas desplazadas. Un expatriado ucraniano que dirige una de las congregaciones de París organizó una recogida similar de material, que dio lugar a tres viajes más.
El líder de la congregación de Mulhouse, en cooperación con la asociación APPUIS, se desplazó hasta el país y regresó con cinco familias ucranianas desplazadas. En la región de Lille, SDJ Solidarité recogió cinco toneladas de comida entre las congregaciones, en colaboración con Secours Populaire de Lomme. Confort Luxe, de Bélgica, se encargó de transportar la comida hasta la frontera. Se puede obtener más información sobre su labor en este artículo publicado en la Sala de prensa de Francia.
Dinamarca
Una congregación de la Iglesia en Allerød comunicó la llegada de una familia de miembros ucranianos y que habían asistido a los servicios dominicales de la Iglesia. Las únicas posesiones que tenían era la ropa que llevaban puesta. La congregación les ha proporcionado alojamiento y está recogiendo más ropa, comida y artículos básicos para ayudarlos. Los líderes han comunicado que la familia está muy agradecida y que se siente bienvenida. Los distintos barrios daneses (congregaciones más grandes) han estado recogiendo alimentos y ropa para enviarlos a los campos de refugiados, y también están participando en un proyecto danés de recaudación de fondos para distintas organizaciones que están ayudando en Ucrania. Tienen previsto llevar a cabo más ayunos a favor de los ciudadanos de Ucrania. En los primeros días de la crisis, los líderes de la Iglesia en Europa invitaron a todos los miembros a abstenerse de comer y beber durante un día y donar esos fondos a los programas de ayuda humanitaria de la Iglesia.
Alemania
En Friedrichsdorf, los jóvenes de la congregación local clasificaron y doblaron ropa para los refugiados ucranianos. Celia Díez, su líder adulta, utilizó la comunidad SirveAhora, una plataforma en línea patrocinada por la Iglesia, para recoger ropa. En veinticuatro horas, habían conseguido suficiente ropa para llenar sesenta sacos, que metieron en una furgoneta y enviaron al Centro de Refugiados de Fráncfort, donde se había reubicado a 150 refugiados afganos que antes estaban alojados en Ucrania.
Austria
En Austria, la Iglesia organizó equipos de crisis para coordinar la ayuda que necesitaban los ucranianos. En solo unos días, los miembros recogieron los artículos donados y los entregaron a las organizaciones de ayuda. En cooperación con el grupo de ayuda a los refugiados Train of Hope en Viena, la Iglesia está ayudando con alojamiento a corto y medio plazo, así como con intérpretes. Los voluntarios ayudan suministrando los artículos y medicamentos necesarios, así como preparando comida para más de cincuenta refugiados en un hotel familiar que se ha alquilado. Puede obtener más información en este artículo publicado en la Sala de prensa de Austria.
Por todo el país, los miembros contribuyen a la labor de ayuda de la Iglesia y a los proyectos de organizaciones benéficas de sus comunidades locales. El equipo de crisis de la Iglesia en Austria, en cooperación con los líderes de la Iglesia en Ucrania, está recogiendo los artículos necesarios, por ejemplo, medicamentos. También han organizado un equipo de transporte para llevar esos medicamentos a los miembros y, si es necesario, llevar a los miembros a alojamientos seguros en Austria o en otros lugares.
Un elemento común que expresan las personas cuyas historias se cuentan aquí es la profunda gratitud que sienten por todos los que han sacrificado su tiempo, comodidad y recursos para recoger y distribuir comida, suministros y ropa. Estos refugiados expresan fe en Dios y esperanza en el futuro por medio de Jesucristo.
Las personas que quieran ayudar o que necesiten ayuda pueden consultar esta página de recursos creada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Europa.